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Ofensiva comercial europea en América Latina. ¿Y Doha?

Enrique López Magallón24 de abril de 2007

Un documento del Parlamento Europeo plasma, acaso por primera vez, el aparente alejamiento de la Unión Europea respecto del proceso multilateral de la Ronda de Doha. El objetivo: un acuerdo con la Comunidad Andina.

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Mandelson: primero China y la India, ahora Latinoamérica.Imagen: AP

La Ronda de Doha parece perder vigencia como referente fundamental en las relaciones comerciales entre la Unión Europea y sus socios actuales o potenciales. El sesgo en los actos, y ahora en el discurso, comenzó a darse desde hace meses.

Venezuela, Hugo Chavez, und Boliviens neuer Präsident Evo Morales
Venezuela y Bolivia (aquí sus presidentes) son objetivos de la estrategia.Imagen: AP

El objetivo latinoamericano

El primer signo evidente se dio con la puesta en marcha de negociaciones bilaterales entre la Unión Europea y, en carriles separados, China y la India. La estrategia continuó, y alcanzó ya a América Latina; aquí, el enfoque no se dirige a países específicos sino a otros bloques comerciales.

En su propuesta A6-0025/2007, el Parlamento Europeo considera que "la conclusión de un Acuerdo de Asociación con la Comunidad Andina de Naciones (CAN), para establecer una zona Euro-Latinoamericana de Asociación Global Interregional, es un objetivo estratégico prioritario de las relaciones exteriores de la Unión Europea".

Párrafos más abajo, el documento sugiere que tal acuerdo "no incluya subordinación alguna, expresa o tácita, que condicione la celebración del futuro acuerdo UE-CAN a la finalización previa de las negociaciones de la ronda de la OMC".

Y más aún, la negociación debería concretar "un acuerdo comercial único e indivisible que vaya más allá de las obligaciones presentes y futuras de las partes con respecto a la OMC".

Acaso nunca antes había quedado plasmado, de manera tan clara, este alejamiento del multilateralismo por la parte europea.

Así quedó abierta además la vía alterna por la que deberá correr el curso del comercio europeo no sólo con las potencias emergentes como China y la India, sino sobre todo con otros bloques comerciales como la CAN.

Protestkundegebung der globaliosierungskritischen ATTAC Bewegung
El bilateralismo, ¿triunfo de los anti-globalización?Imagen: AP

Estrategia consciente

Desde el principio, el Comisario Europeo en materia de Comercio, Peter Mandelson, estaba consciente de la contradicción -por lo menos aparente- entre la defensa a ultranza del multilateralismo y la ofensiva comercial bilateral.

En octubre del año pasado, el Comisario Europeo pronunció un discurso en la prestigiada London School of Economics, en el cual afirmó: "Por supuesto, los acuerdos bilaterales no son nuevos en la política comercial de la Unión Europea. No estamos, como algunos han sugerido, alejándonos de la Organización Mundial de Comercio"

Hay, por lo menos, un argumento a favor de la nueva postura europea. Mientras que la Ronda de Doha abarca un universo estrictamente comercial, las negociaciones con la CAN y otros países latinoamericanos se enmarcan en el concepto europeo de acuerdo estratégico.

En éste caben, además de las consideraciones comerciales, aspectos como el diálogo político, la protección del medio ambiente, la defensa y promoción de los derechos humanos, y la concreción del desarrollo sustentable en su amplia acepción.

¿Por qué la CAN?

En lo político, "la nueva correlación de fuerzas acaecida en la región tras la elección del Presidente Alan García en Perú y Evo Morales en Bolivia, la reelección del Presidente Uribe en Colombia, y el acercamiento a la CAN por parte de Chile de la mano de la Presidente Bachelet, se están traduciendo en un refuerzo de la CAN", dice la propuesta.

Amptsübernahme mit Hindernissen
Alan García (Perú): nueva correlación de fuerzas.Imagen: AP

La CAN, prosigue el Parlamento Europeo, "constituye hoy en día el único mecanismo político, económico e institucional capaz de vertebrar una región tan convulsionada, de servir de contrapeso a las tendencias y veleidades autoritarias siempre presentes en ella, y de asegurar un lugar a la subregión en la política, la economía y el comercio en un mundo globalizado."

Es claro, pues, que el andar del comercio continuará, con Doha y sin ella. A la luz del documento, la reciente estrategia europea no parece causa, sino efecto directo de la parálisis de la Organización Mundial de Comercio.