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Encuentro nuclear

17 de noviembre de 2011

De nuevo el programa nuclear iraní protagoniza un encuentro internacional, en este caso el que celebra el Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena. En él, no obstante, también se trataron otros temas.

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Yukiya Amano, director de la OIEA.
Yukiya Amano, director del OIEA.Imagen: AP

A puerta cerrada comenzó este jueves (17.11.2011) en Viena la reunión de la Junta de Gobernadores de el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Sobre la mesa de la gremio: el informe que indica que Teherán estuvo trabajando en el desarrollo de armas nucleares al menos hasta 2010. Las amenazas de Israel de intervenir militarmente en Irán y el tono con el que Estados Unidos se refiere a este asunto lo han alzado a materia de debate número uno del encuentro, que durará dos días. Pero también acerca de Siria y de unas misteriosas mediciones de radioactividad en Europa se refirió el OIEA.

¿Declaración suave y conjunta?

“Tenemos que convencer a los líderes políticos del mundo de que el programa atómico iraní no se dirige sólo contra Israel, sino contra el orden internacional”, declaró a una emisora radiofónica nacional el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, y con esa tarea bajo el brazo viajó a Austria. Sanciones más duras contra el Estado islámico quiere arrancarle Tel Aviv al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. De lo contrario, no descarta recurrir a la vía militar, incluso en solitario si fuera necesario.

Mahmud Ahmadineyad, el presidente iraní, durante una visita a una planta de enriquecimiento de uranio situada a unos 320 kilómetros de Teherán.
Mahmud Ahmadineyad, el presidente iraní, durante una visita a una planta de enriquecimiento de uranio situada a unos 320 kilómetros de Teherán.Imagen: AP

Siguiendo el curso de las palabras que salen de la Casa Blanca, resulta evidente que Israel no tendrá que emplearse a fondo en la labor persuasiva con Estados Unidos: los norteamericanos están de su parte y contemplan igualmente los tanteos nucleares iraníes como un peligro. Y así lo hace también la Unión Europea, que se posicionó el pasado lunes (14.11.2011) a favor de aumentar la presión sobre Teherán. “Estamos de acuerdo”, dijo el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, refiriéndose a los socios comunitarios, “en que un Irán armado atómicamente es algo que no debe darse”.

Rusia y China son por lo tanto la clave: ambos tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad y ejercen resistencia a la voluntad israelí. Con ellos se trata especialmente de acercar posturas. Un paso en esta dirección podría ser la declaración conjunta que ha sido redactada para que los gobernadores del OIEA la firmen estos días en Viena, y que contiene críticas a Irán porque -como señaló el director del organismo, Yukiya Amano, en el discurso de apertura- el país no colabora con las autoridades nucleares.

Rusia, según informa la agencia de noticias dpa, ha accedido a ratificar el documento de condena. Sin embargo, éste se pronuncia en términos mucho más suaves a los inicialmente previstos, con lo cual tampoco se descarta que al final no sirva al objetivo de acorralar a Irán o forzar movimientos en la ONU.

El origen del yodo 131

En el pleno de la Junta tendrá oportunidad de hablar este viernes (18.11.2011) un representante iraní, a quien le esperan muchas preguntas para las que el OIEA asegura no tener respuesta. También en relación con la actividad nuclear siria le faltan datos a la institución: tres plantas atómicas del país árabe permanecieron cerradas a sus inspectores, se quejó Amano aprovechando la reunión vienesa.

Sede de la OIEA en Viena.
Sede del OIEA en Viena.Imagen: dapd

Y acerca de otra cuestión que en este caso afecta sólo a los europeos se manifestó el OIEA: el origen de la contaminación con yodo 131, que puede provocar cáncer, detectada desde el pasado octubre en algunas regiones de Europa fue localizado en un instituto húngaro, fabricante de productos médicos radioactivos. Aunque desde el principio se tranquilizó a la población aseverando que el nivel de contaminación era mínimo, la desconocida procedencia del material había abierto la puerta a unas especulaciones que ahora se frenan. Más miedo al átomo, después de Fukushima y ahora que el Instituto de Seguridad Nuclear francés acaba de calificar las centrales galas de poco resistentes a las catástrofes naturales, no se necesita en el Viejo Continente.

Autor: Luna Bolívar

Editor: Pablo Kummetz