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ONU acusa graves problemas en Crimea tras anexión a Rusia

16 de mayo de 2014

Reporte realizado por observadores de derechos humanos fue cuestionado de inmediato por Moscú, que lo calificó de “encargo político”.

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Imagen: Reuters

La misión enviada por la ONU a Ucrania para monitorear la situación en términos de derechos humanos entregó este viernes (16.05.2014) un informe que asegura que los residentes de Crimea han vivido una serie de dificultades luego de que Rusia anexara a esa región a su territorio, tras un cuestionado referendo que mostró la intención de los ciudadanos en ese sentido.

Según el reporte, basado en el trabajo de 34 observadores internacionales, en Crimea hay “graves problemas en relación a los tártaros”, al tiempo que afirma que hay un “alarmante deterioro de la situación de los derechos humanos” en el este ucraniano. En Crimea habría problemas para acceder a la salud, para el funcionamiento de la prensa y con asuntos relacionados con la nacionalidad de los ciudadanos.

Esto, pues quienes no alcanzaron a ser reconocidos como rusos antes del 18 de abril, o no quisieron acceder a ese “beneficio”, son acosados e intimidados, según el informe. Por lo mismo, Naciones Unidas ha solicitado a Rusia que se garantice el derecho a la propiedad, así como el acceso a la educación y a la salud. También exigió que no se retiren los beneficios sociales que se asocian a la nacionalidad.

Rusia denuncia falta de objetividad

Los observadores llamaron especialmente la atención con respecto a la situación de la minoría tártara en Crimea, que sufre restricciones a su libertad de movimiento, además de violencia física y miedo a la persecución religiosa, especialmente entre quienes se declaran musulmanes. Miembros del grupo político islámico Hizb uy-Tharir han debido incluso abandonar el país, por temor a la persecución.

La preocupación no se queda solo en Crimea, sino que se extiende también al este ucraniano. La Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, ha solicitado a “aquellos que tienen influencia sobre los grupos armados responsables de gran parte de la violencia registrada en el este”, en referencia a Rusia, que “hagan todo lo posible para imponerse a estos hombres que parecen destinados a despedazar el país”.

El portavoz de la cancillería rusa, Alexander Lukashévich, reaccionó a nombre de Moscú señalando que el informe carece de objetividad y responde, en realidad, a un “encargo político” para “blanquear” a las “autoproclamadas autoridades de Kiev”. El representante del Ministerio de Asuntos Exteriores agregó que “causa sorpresa que en las más de treinta páginas del informe no figuren las manifestaciones neonazis y de nacionalismo agresivo en Ucrania”.

DZC (EFE, Europa Press)