ONU pide "investigación inmediata" de violencia en cárcel de Brasil
8 de enero de 2014La manifestación del máximo organismo de las Naciones Unidas para Derechos Humanos fue en reacción a una consulta del diario brasileño "Folha de Sao Paulo", que este martes divulgó en su edición electrónica un video de dos minutos y medio, en el que reclusos celebran las muertes de tres colegas decapitados en una masacre ocurrida en diciembre.
"Lamentamos tener que expresar una vez más preocupación ante el terrible estado de las cárceles en Brasil y llamar las autoridades a tomar medidas inmediatas para restablecer el orden en el penal de Pedrinhas y en otros penales del país", afirmó la entidad, al exhortar el gobierno brasileño a realizar "una investigación inmediata, imparcial y efectiva de los hechos y enjuiciar a las personas consideradas como responsables".
El penal de Pedrinhas, en el norteño estado de Maranhao, es uno de los más violentos de Brasil, según un informe reciente del Consejo Nacional de Justicia (CNJ) que apuntó que las autoridades perdieron el control sobre los sucesos en la institución.
Sistema de violencia
Según el informe, además de los asesinatos brutales en el marco de la guerra entre facciones rivales, se multiplican las denuncias de violaciones de esposas e hijas de reclusos durante las visitas. "Este es un sistema de violencia que existe desde hace años. Creemos que es necesario responsabilizar a los culpables en el marco de un amplio proceso de investigación, en lugar de atribuir los hechos a una pelea entre presos", afirmó la abogada Josiane Gamba, de la Sociedad de Derechos Humanos de Maranha, que en octubre pasado denunció los sucesos en Pedrinhas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Las noticias sobre la situación de violencia extrema en el penal de Maranhao generó también protestas de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch.
Presos hacinados
La tragedia en Pedrinhas refleja la dramática situación del sistema carcelario de Brasil. Según un reciente estudio oficial, los penales brasileños tienen capacidad para recibir a 306.497 presos, pero albergaban a fines de 2011 a 514.582 reclusos.
El ministro de Justicia ha anunciado un programa de construcción de cárceles que supondrá otras 62.000 plazas antes de que acabe 2014. No obstante, este número corresponde a menos de un tercio del déficit actual de 208.000 plazas.
ers (dpa, Veja)