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Opinión: Alemania se está volviendo normal

24 de noviembre de 2017

Cualquiera que se haya ido por un tiempo al exterior podría pensar fácilmente que ha regresado a un país fracasado. Sin embargo, el fracaso de “Jamaica” solo es la prueba de que la democracia funciona, dice Henrik Böhme.

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Sturm auf den Reichstag
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Kappeler

¡Qué golpe recibimos terminando el domingo! ¡Las negociaciones fracasaron! ¡Crisis nacional en Alemania! ¡El país más poderoso de Europa, sin gobierno! Y la gran conclusión: los liberales del FDP, de todas formas, nunca quisieron asumir la responsabilidad de gobernar. Los Verdes, hambrientos de poder, solo se hubiesen inclinado para ser reconocidos. La canciller Angela Merkel no estaba en condiciones de dirigir. La CSU está preocupada, sobre todo, en sí misma, pues el todavía presidente del partido tiene que salvar su propia cabeza. Y así sucesivamente.

¿Había la tierra dejado de girar?

Pero, dada esa constelación, solo sucedió lo que tenía que pasar. Porque, simplemente, hay temas en los que los partidos están tan distantes como el sol y la luna, y viceversa. Por lo menos, los participantes deberían dejarse preguntar cómo era la percepción común de esta situación: para algunos habían más de 200 puntos de la agenda que no estaban claros, para otros solo faltaba una hora para llegar a un consenso. Y aunque en todo lo que dicen haya algo de verdad, eso demuestra que obviamente no hubo suficiente voluntad para llegar a un acuerdo.

Boehme Henrik Kommentarbild App
Henrik Böhme, periodista de DW.

Sin embargo, el fin repentino de las negociaciones fue suficiente para causar un terremoto en los medios de comunicación. Algo comprensible. Al fin y al cabo, los colegas periodistas tuvieron que esperar cinco semanas frente a puertas cerradas, contentándose solo con fotos de balcón. ¡Y luego esto! ¿Cómo pudieron fracasar las negociaciones en la Alemania del consenso?

Un poco más normal

Cabe señalar que en este momento el país de ninguna manera, se encuentra sin gobernantes. Tenemos un gobierno en funciones. Y esto se puede ver, entre otras cosas, en los impertinentes comentarios del Ministro de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, quien ha causado un entredicho político entre Alemania y Arabia Saudita. También se puede ver en las reacciones de la economía. Es cierto que los funcionarios de asociaciones advierten conscientemente sobre la estabilidad, pues la inseguridad es dañina para la economía. Pero esa advertencia siempre surge en este tipo de situaciones. En todo caso, lo que ellos llaman "los mercados" apenas han respondido a los recientes acontecimientos políticos.

Actualmente, la economía alemana está en un gran nivel. Y una razón sería que muchas empresas están aliviadas de que esta coalición no se haya formado y que los Verdes con su política "nosotros prohibimos esto y aquello" finalmente no van a llegar al poder. El país no puede darse el lujo de ponerse la soga al cuello en todos los temas, y el próximo periodo legislativo tiene que buscar realmente la forma de hacer que Alemania esté preparada para el futuro. Y es que, finalmente, fue un problema de ricos lo que marcó el final de las negociaciones: ¿En qué nos gastamos el dinero?

Merkel se dio por vencida

En ese sentido, el líder del FDP, Christian Lindner, no es un traidor de la patria, sino alguien que quiere credibilidad. Mientras su partido era llamado banda de delincuentes, ahora representa lo que el presidente alemán quiso decir cuando habló de tener responsabilidad. En cualquier caso, Lindner no fue el responsable del fracaso de las negociaciones. Él solo contó la verdad. El fracaso es únicamente responsabilidad de la canciller. Su método de liderazgo de "dejar correr" fue la receta equivocada. Merkel debe hacerse cargo ahora de las consecuencias.

Autor: Henrik Böhme (CT/CP)