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Opinión: Algo más que plata en el nuevo presupuesto de la UE

23 de febrero de 2018

En las negociaciones del próximo presupuesto de la UE se verá quién está con el club comunitario y quién no. No se descarta una gran división, opina Bernd Riegert.

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Symbolbild Schere Geldschein 50 Fünfzig Euro Note Schein zerschneiden
Imagen: Fotolia/Henry Bonn

Ricos contra pobres, grandes contra pequeños, depositantes contra receptores, el lobby agrario contra los fetichistas de la innovación. Los que gastan con alegría contra los religiosos del ahorro. Al comienzo de una larga discusión sobre el presupuesto del período de siete años que se abre a partir de 2020, los frentes internos de la Unión Europea están claros. Pero esto tampoco es nuevo. Así fue en cada discusión y con cada decisión financiera a largo plazo. En ese sentido, la cumbre de este viernes en Bruselas no tiene nada de especial. Los jefes de Estado y de Gobierno expusieron intereses, posiciones y líneas rojas opuestas. Aunque a todos les quede claro que al final habrá que llegar a un compromiso, como en cada negociación de presupuestos.

Y, sin embargo, esta vez algo es distinto. Las negociaciones del presupuesto podrían convertirse en un punto de inflexión para la UE, porque se evidenciará la disputa latente entre los miembros veteranos, más orientados hacia los valores, y los jóvenes socios del Este, centrados en la obtención de ayuda económica. Ya no se podrá disimular más con palabras vacías. Sobre plata hay que hablar sin rodeos. La terca negativa de los receptores netos Polonia, Hungría y Chequia a recibir refugiados, mostrar solidaridad y atenerse al derecho vigente de la Unión podría llevar a que los pagadores netos digan basta. Entonces solo habrá dinero a cambio de un comportamiento óptimo y el cumplimiento de criterios políticos. La división, visible desde hace tiempo, se abriría en una enorme zanja.

La hora de la verdad para los receptores inconformistas

No se trata de una forma de presión o de estafa, como los políticos polacos o húngaros, así como los derechistas de AfD quieren hacer creer. Los países que ponen la plata también tienen intereses. Quien paga, elige qué canción suena. Pero tras la previsible batalla presupuestaria, la UE podría quedar dividida en una Europa nuclear y una Europa periférica. Y, luego del divorcio de Reino Unido del club comunitario, la salida de otros Estados no puede descartarse del todo. Si el partido PiS polaco cree de verdad que Bruselas dicta y presiona, debería ser consecuente y debería sacar a Polonia, receptor neto de fondos europeos, de la Unión. No obstante, sería una verdadera amenaza para la UE si uno de los pagadores netos, como Italia, diese la espalda a Bruselas, lo cual podría llegar a ocurrir en el hipotético caso de que se formase una coalición de gobierno nacionalconservadora.

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Bernd Riegert, corresponsal en Bruselas de DW

También es extraordinario que el mayor emisor neto de fondos, Alemania, quiera llenar el agujero de financiación que generará el "brexit" con mayores contribuciones, como ya ha expresado. Pero este triunfo se verá al final de las negociaciones, no al principio. ¿Qué preocupa al lado alemán? ¿O es solo una táctica de negociación?

 Menos es más

En general, la UE haría bien en comprobar su reparto y en ahorrar. ¿Siguen teniendo sentido hoy en día las exigencias de la economía agrícola? ¿Debe la UE esforzarse en impulsar las zonas menos desarrolladas? ¿Es la protección conjunta de las fronteras más importante que los intercambios de estudiantes? ¿Tiene sentido pagar anualmente 130.000 millones de euros y dejar que sea Bruselas quien los reparta? ¿Podrían los Estados miembros encargarse ellos mismos de administrar gran parte de esa financiación? ¿No sería mejor, por ejemplo, que Alemania subvencionase a sus propios agricultores, en vez de tener que atravesar toda la burocracia comunitaria? ¿Qué asuntos deberían financiarse de forma ineludible a través del presupuesto común?

Al final, el acuerdo tendrá que contar con la aprobación de los Estados miembros y del Parlamento Europeo. Cualquiera que quiera seguir siendo miembro tendrá que comprometerse a esto o a lo otro, pues en temas presupuestarios la UE está forzada por contrato a la unanimidad. No es contra Polonia. Ni contra Alemania, o Malta, o Luxemburgo, o… Quedan muchas cumbres por delante en las que habrá otras tantas disputas. Finalmente se decidirá todo en tres noches en algún momento de 2019. Esa fue siempre la receta de la UE… ¿Alguna vez cambiará?

Autor: Bernd Riegert (EAL/VT)

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