Opinión: ¡Calma, Venezuela!
31 de agosto de 2016La “Toma de Caracas" suena como una batalla definitiva. Tal vez no haya sido muy buena idea de la oposición elegir este lema tan guerrero para su manifestación masiva este 1° de septiembre. En todo caso, la camarilla gobernante ha aceptado el reto. Nicolás Maduro parece decidido a convertir este día en una fecha realmente decisiva, con el uso de la violencia. El hombre para el cual el título de presdiente ya no luce adecuado, anuncia ahora sus intenciones abiertamente, sin ningún asomo de querer aparecer ni siquiera como pseudo-demócrata.
Desde su abrumadora victoria electoral en diciembre pasado, la oposición viene siendo obstaculizada y criminalizada. Pero los acontecimientos preliminares a la manifestación que busca acelerar el referéndum revocatorio contra Maduro no tienen precedentes: miles de empleados del Gobierno que habían votado en la primera fase del referéndum contra Maduro fueron despedidos de sus cargos.
¿Libertad de expresión? No en la Venezuela del círculo que rodea a Maduro. En la Venezuela de Maduro se niega el derecho constitucionalmente consagrado al referéndum, se viola el secreto del voto sufragado y se enreda y retrasa el mismo referendo. ¿En dónde está el Estado de derecho? No en esta Venezuela. El Gobierno ha anunciado que va a impedir la llegada de manifestantes a Caracas. ¿Libertad de reunión? No bajo Maduro.
Ya no se necesita ninguna manifestación para demostrar que este personaje ha echado por la borda la dignidad de su título y su cargo. Él y su camarilla pisotean la Constitución de Venezuela. Una Carta Magna con la que se quería lograr más participación democrática, más derechos para todos los venezolanos. Una Constitución por la que luchó el carismático predecesor de Maduro, Chávez y su Revolución Bolivariana. Los gobernantes de la Venezuela de Maduro han perdido hasta el derecho a llamarse Chavistas.
Los días previos a la manifestación están siendo utilizados por el régimen para sembrar el miedo y desanimar a quienes quieran salir a las calles. Ya varios activistas de la oposición han sido detenidos y acusados de planes subversivos. Maduro anunció que durante la manifestación habrá muertos y heridos, por supuesto, a manos de "golpistas" armados de la oposición "fascista", que se disfrazarán como miembros de la Guardia Nacional para asesinar a sus propios partidarios y culpar al Gobierno.
Tan pérfida y evidente táctica para enmascarar el uso de la violencia contra los manifestantes no se espera ni siquiera en las malas películas. Por cierto, el régimen está haciendo de todo para evitar la cobertura mediática de la manifestación. Ya a varios periodistas internacionales se les ha impedido entrar al país y han sido devueltos en la frontera.
El que la dictadura muestre abiertamente su verdadero rostro, es también señal de su debilidad. Maduro se ha quitado la máscara y el mundo observa cómo se le nota el pánico en la cara. Un personaje que ha conducido a su país al abismo económico que ahora le tiene miedo a su propio pueblo. Maduro está acorralado, por eso patalea en todas las direcciones.
Nada hay más poderoso que una manifestación pacífica. Si los venezolanos no se dejan intimidar y conservan la calma, si logran superar las diferencias entre las diversas facciones políticas, también dentro de la misma oposición, se podrá demostrar cuan solitario ha quedado el hombre a la cabeza de la dictadura.