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Opinión: El Kremlin tiene a Rusia bajo control

18 de septiembre de 2016

Las elecciones a la Duma rusa del domingo tienen poca emoción. La distribución de escaños que prevé la renovada ley electoral favorece al partido Rusia Unida de Putin, según Ingo Mannteufel.

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Moskau Duma Parlament Gebäude
Imagen: Imago/Russian Look

Una cosa está clara: cuando se cierren las urnas de las elecciones al Parlamento en Rusia, políticamente todo seguirá como estaba. La política rusa no depende de la Duma, sino del Kremlin. O sea, desde hace 16 años, del presidente Valdimir Putin y su poderosa maquinaria presidencial.

Que sea así está previsto en la Constitución, que otorga amplias competencias al Ejecutivo. Los críticos se refieren a la Duma como la "impresora" del Kremlin, ya que sólo saca las leyes que el gobierno quiere.

Las novedades en la ley electoral esconden la hegemonía del partido

El instrumento central del Kremlin en la Duma es el partido Rusia Unida, dirigido por el primer ministro y hombre de confianza de Putin, Dmitry Medvedev. No hay duda de que obtendrá una amplia mayoría en el Parlamento, aunque las primeras encuestas a pie de urna este domingo no dejen ver este dominio.

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Ingo Mannteufel es jefe de la redacción rusa de DW.

La causa para ello es una novedad en la ley electoral: la mitad de los 450 escaños serán adjudicados conforme a la cuota de votos. Sólo estos serán estimados en las encuestas a pie de urna. Los otros 225 escaños son previamente adjudicados a los candidatos únicos en determinados distritos electorales. Y aquí los representantes del partido en el poder o del entorno del Frente Popular de Putin emergerán como ganadores. Está claro que en la gran mayoría de esos distritos electorales individuales ganará Rusia Unida y, con ello, volverá a tener mayoría en la Duma.

Oposición como en la RDA

No hay que olvidar que los otros tres partidos de la Duma, es decir, el Partido Comunista de la Federación Rusa, LDPR de derecha populista Vladimir Zhirinovsky y el partido "Rusia Justa" son una parte integral del sistema de gobierno de Vladimir Putin. Recuerdan a los "partidos del bloque" (los 'Blockparteien' o partidos tolerados por el régimen) de la antigua República Democrática de Alemania, la comunista RDA. Exteriormente dan al sistema político ruso imagen de pluralidad, aunque en realidad están controlados por el Kremlin.

Por tanto, es difícil hablar en Rusia de elecciones auténticas, libres y justas. Sin embargo, no hay rastro del espíritu de protesta que se vivió en 2011. La contundente represión de la oposición en los últimos años ha llevado a muchos críticos de Putin al exilio o a abandonar la política.

Campaña adormecedora

La apacible y vacía de contenido campaña electoral debe adormecer a los votantes, más que motivarlos. La agresiva política respecto a Ucrania, disfrazada de patriotismo y la confrontación con Occidente azuzada desde los medios de comunicación han hecho el resto: la sociedad rusa está dominada por una mezcla de chovinismo, victimismo y desinterés por la política. Por tanto, no es de esperar una alta participación.

Sin embargo sí hay un aspecto interesante: todavía hay dos partidos críticos con el Kremlin, Jabloko y Parnas. Si consiguen más del tres por ciento de los votos tendrían derecho a fondos estatales para financiar sus campañas. Y con más de un cinco por ciento, incluso, entrarían en la Duma. Pero no se puede esperar demasiado de ellos. Pues, de todas formas, sea cual sea la distribución de los escaños este domingo, el Kremlin seguirá manteniendo bajo control la política en Rusia.

Para aprender: aquí puede Usted leer la versión original de este artículo en alemán.