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Opinión: el video del piloto quemado vivo, repugnante

Alexander Kudascheff (JC/ER)4 de febrero de 2015

Los recientes y crueles videos publicados por los terroristas islamistas sirios dejan a uno sin palabras. Una vez más, queda claro que el EI desafía al mundo entero, dice el jefe de redacción de DW, Alexander Kudascheff.

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Imagen: picture-alliance/AP Photo

El piloto jordano Muas al-Kasasba ha muerto. El teniente fue quemado vivo por integrantes del autoproclamado “Estado Islámico”. Encerrado en una jaula, sufrió un calvario inimaginable. Veinte minutos duró su agonía. Además mostraba signos evidentes de haber sido severamente maltratado. Este nuevo episodio de la inimaginable escalada de atrocidades llevadas a cabo por el EI es sencillamente repulsivo, asqueroso y repugnante. Juega con los más bajos instintos e intensifica el terror de la crueldad.

¿Qué será lo siguiente?

Primero fue la esclavitud, luego la venta, el abuso, las violaciones y los asesinatos. Pueblos enteros arrasados, yazidíes, cristianos y creyentes de otras religiones masacrados y, poco después, las decapitaciones públicas. Ahora, queman vivas a las personas. ¿Podemos acaso imaginar cuál será la próxima locura que lleven a cabo los autoproclamados guerreros santos islámicos? ¿Serán capaces de aumentar aún más la crueldad de sus actos, de mejorar sus producciones audiovisuales, su iconografía del terror, o la supuesta “vuelta a las raíces del verdadero, puro y auténtico Islam”?

El EI desafía a todos. Primero fueron los países que lo vieron surgir, es decir, Siria e Irak. Más tarde, los Estados vecinos, desde Jordania a Irán, pasando por Turquía. En general, toda la región, da igual Arabia Saudí que Egipto. Y, por último, el resto del mundo: la UE, EE.UU e incluso Rusia están bajo la amenaza de los terroristas. Ya no se trata de dirigir con éxito un par de ataques aéreos. No basta con apoyar a los peshmerga kurdos a través de envíos de armas. Ni siquiera es suficiente ofrecer asilo a cientos de miles o millones de refugiados. Incluso el destino político del dictador sirio Baschar al-Assad ha dejado de ser una prioridad.

Ojetivo: destruir el EI

De lo que se trata ahora es de aniquilar al "Estado Islámico". Es necesario destruirlo militarmente, del mismo modo que se hizo con la secta de "Los Asesinos" hace ahora 800 años. Se trata de emprender una campaña militar que asuma el reto de derrotar al EI, incluso aunque la muerte de al Baghdadi y sus yihadistas atraerá, seguro, a nuevos seguidores. Una vez destruido, el segundo paso será acabar social y políticamente con la fascinación que despierta en algunos el yihadismo radical.

El jefe de redacción de DW, Alexander Kudascheff.
El jefe de redacción de DW, Alexander Kudascheff.Imagen: DW/M. Müller

Un paso, por cierto, muy complicado, vista la descomposición nacional que está sufriendo Oriente Medio: véase el ejemplo de Yemen y Libia, o la periferia de Occidente y el Cáucaso, fáciles de inflamar ideológicamente. Eso sí, esta tarea deberán asumirla las propias sociedades árabes. Tienen que decidir si quieren vivir en un Oriente Medio multicultural y con libertad de culto o si, por el contrario, deciden hundirse en esta vorágine fanático-islamista.

Puede que la reacción jordana de ejecutar al yihadista al-Rischawi y al miembro de Al-Qaeda Karbuli haya encontrado aprobación en Jordania, como acto de venganza. Asimismo, pueda que corresponda a los intereses de la sociedad tribal beduina del reino hachemita. Pero esta ejecución es más propia del Antiguo Testamento que de un Estado de Derecho. Por lo tanto, aunque haya contribuido temporalmente al fortalecimiento interno del país, es probable que conduzca a una nueva escalada de violencia.