Opinión: Elecciones controvertidas en Donbas

La gente tiene miedo y está acobardada por la guerra. Solamente eso bastaría para no considerar las elecciones como válidas. Así calificaron las elecciones parlamentarias ucranianas aceptadas internacionalmente los autodenominados líderes de las republicas del pueblo de Donetsk y Lugansk hace una semana. Con cinismo y engaño, ahora ellos mismos convocaron elecciones en una región inmersa en la guerra. Con el Kalashnikow preparado y el apoyo de Moscú.

Fueron pseudoeleciones al estilo separatista, en las que se sabía de antemano quién ganaría. Los partidos y candidatos pro ucranianos no pudieron presentar candidatura. En Donestk, ni siquiera se permitió participar a los comunistas de orientación pro rusa, a pesar de contar con apoyo en la región. Solo se presentaron dos candidaturas: la Republica de Donetsk y Donbass Libre. Ambos con un solo objetivo: separarse de Ucrania cimentando el mismo rumbo que los grupos separatistas de Lugansk.

Legitimidad meramente aparente

Los electores de ambas regiones del este de Ucrania no tuvieron comicios reales. No hubo rivalidad política. Con la ayuda de Rusia, ocuparon el poder casi en una noche hace pocos meses y con las controvertidas elecciones, intentan ahora buscar una legitimidad aparente para sus actos. Pero realmente, estas elecciones fueron solo una farsa.

Cientos de personas no pudieron votar. Fueron desplazados o huyeron de las luchas. Precisamente por eso, no se puede decir que los resultados reflejen las posturas políticas de la región. No había censo, el voto múltiple era fácil y también el voto por internet era susceptible de manipulación al no poder ser comprobado.

Miedo e inseguridad

Muchos de los ciudadanos que permanecen en Donetsk y Lugansk tienen realmente las esperanzas puestas en los separatistas. ¿Qué otra opción tienen si no pueden –o no quieren- escapar? Algunos fueron a votar porque en algunos locales electorales se repartían alimentos. Sin embargo, la mayoría vive en un clima de miedo, acobardamiento e inseguridad. Profesores, médicos y otros funcionarios tuvieron que mostrar su lealtad a los nuevos poderes para poder seguir recibiendo su salario. Y tal y como avisaron los separatistas antes de la votación, el que no fuese a votar tendría que enfrentarse a las consecuencias personales y profesionales.

Internacionalmente, las elecciones fueron calificadas de dudosas. Pero eso no cambia nada, puesto que los separatistas tienen el apoyo de Rusia. El Kremlin ya ofreció un cheque en blanco para las elecciones. Moscú y los líderes de las republicas populares hacen peligrar el proceso de paz, puesto que las votaciones van contra el acuerdo de Minsk firmado en la capital bielorrusa ante representantes del Gobierno de Kiev ante Rusia y la Unión Europea. En el marco de la descentralización, las elecciones locales en la región deberían convocarse según el derecho ucraniano y de eso, no se vio nada.

Ni los separatistas ni Rusia respetaron los acuerdos. Por el contrario, sellan la división de algunas regiones de Ucrania del este y por eso, el proceso de Minsk queda en gran parte en papel mojado. En Europa se configuran nuevas fronteras con el poder de las armas y la ayuda de pseudoelecciones.