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Opinión: Irán, el peligro que sigue acechando

Faroughi Jamsheed
14 de enero de 2018

El acuerdo nuclear con Irán seguirá vigente temporalmente. Donald Trump ha puesto un ultimátum: o se renegocian las condiciones en 120 días o EE.UU. abandona el acuerdo. Jamsheed Faroughi advierte de las consecuencias.

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Imagen: picture-alliance/epa/D. Calma

Como suele suceder con todo, hay una noticia buena y otra mala. Primero la buena: mucho ruido y pocas nueces. En otras palabras, la decisión de la Casa Blanca fue altisonante, pero con pocas consecuencias para la comunidad internacional y para Irán. Al menos en el momento actual. Y es bueno que así sea. El acuerdo nuclear con Irán fue indudablemente uno de los logros diplomáticos más importantes de los últimos años. Ha quedado demostrado que también los conflictos serios pueden resolverse con un poco de habilidad diplomática. Y que las "armas de la diplomacia” son mejores, más humanas y baratas que la "diplomacia” de las armas. Una importante lección para abordar otros conflictos, como el de Corea del Norte.

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El dilema de Trump

La decisión de la Casa Blanca de mantener por ahora el acuerdo nuclear con Irán implica que quedan suspendidas las antiguas sanciones contra Irán, al menos 120 días más. El pasado mes de octubre, Trump decidió lo contrario. Dijo que Irán no había cumplido su parte del acuerdo –condición para mantenerlo- y trasladó la decisión al Congreso estadounidense. Pero el Congreso devolvió la pelota a la Casa Blanca. Así que Trump tenía dos opciones: retomar las sanciones o mantener la suspensión. El presidente estadounidense se ha decidido por la segunda.

La primera hubiera significado en última instancia el final del acuerdo nuclear con Irán. Porque todo el mundo sabe, también las potencias europeas, que un acuerdo con Irán sin Estados Unidos no tiene valor alguno. Triunfó el grupo "cinco más uno”, es decir, las cinco potencias con derecho a veto del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania. Pero el grupo "seis menos uno”, en el caso de que los Estados Unidos hubieran abandonado la mesa de trabajo, hubiera estado condenado al fracaso.

El mensaje de la Unión Europea

Justo por esta razón, el presidente francés, Emmanuel Macron, se comprometió con el mantenimiento del acuerdo con Irán poco antes de que Trump diera a conocer su decisión. También lo hizo la responsable de Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, en presencia de los ministros de Exteriores de Alemania, Reino Unido y Francia, en un mensaje conjunto dirigido a Estados Unidos, pidiendo el mantenimiento del acuerdo de forma innegociable. 

Al fin y al cabo, se trata de nada más y nada menos que del éxito de largo tiempo de negociación. De repente, todo parecía estar en peligro, pues retomar las sanciones hubiera malogrado este éxito diplomático.

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Faroughi Jamsheed.

Ahora llegamos a la mala noticia. Trump no ha hecho más que retrasar la temida decisión. Pero retrasarla no es aparcarla. Así pues, la interminable historia del acuerdo nuclear con Irán tiene una prórroga. Según Trump, la última. Y ha dado un ultimátum: el Congreso de Estados Unidos y los socios europeos tienen 120 días para eliminar los "graves errores” del acuerdo. Es decir, que habría que renegociarlo. Trump exige ampliar los controles e inspecciones de las actividades nucleares de Irán y llevar a cabo de forma diferente y permanente medidas que ya se están aplicando. En caso de que los socios negociadores no cumplan estas condiciones en el plazo previsto, la Casa Blanca amenaza con abandonar el acuerdo.  

¿Y ahora qué?

La prórroga de cuatro meses sin sanciones a Irán supone también una extensión de la incertidumbre en el terreno económico. Sobre todo retrasará las inversiones directas en las industrias del gas y el petróleo. Las perspectivas de un florecimiento económico están en peligro, algo que pondrá bajo presión al presidente iraní, Hassan Rohaní, y a su gobierno, considerado moderado.

Hay muchos descontentos en Irán, como hemos visto en las protestas de las pasadas semanas. Se puede y se debe presionar a los dirigentes iraníes por las brutales violaciones de los derechos humanos. Hay que hacer algo contra el programa de misiles iraní y la creciente influencia del país en la región. Pero no hay que revocar el acuerdo con Irán que precisamente impide que Irán se convierta en potencia atómica. Porque un Irán con problemas, pero sin armas nucleares, es en cualquier caso mejor que un régimen dedicado de nuevo a construir bombas.

Autor: Jamsheed Faroughi (MS/RRR) 

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