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Opinión: Calma para Leverkusen

24 de octubre de 2016

El entrenador de Bayer Leverkusen, Roger Schmidt, nuevamente perdió el control de sus emociones. Ahora arriesga una dura sanción. Y con razón, opina Thomas Klein.

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Europa League - Bayer Leverkusen - Villarreal
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz

Ya ha pasado algún tiempo desde que se le preguntó al entrenador de Bayer Leverkusen, Roger Schmidt, cuánto de Jürgen Klopp había en él. Hace dos años, durante su presentación como técnico, rechazó esa comparación con claridad. Dijo no ser Klopp, sino Roger Schmidt, un tipo que posee su propia estrategia de juego. Entonces se trataba de una equiparación deportiva, hoy podría tratarse de una emocional, pues Klopp tenía regularmente -al igual que Schmidt- problemas con los árbitros.

Sin embargo, hay una diferencia notable entre ambos entrenadores: Klopp nunca fue sancionado por sus reacciones emocionales, en cambio el coach de los aspirinos vio una sanción de cinco fechas el año pasado. Durante un partido como local contra Borussia Dortmund, el técnico se negó a abandonar el campo de juego, provocando una suspensión del partido. Por ello, el castigo fue contundente: tres juegos le fueron impuestos de inmediato y otros dos fueron agregados posteriormente.

Thomas Klein, periodista deportivo de DW.
Thomas Klein, periodista deportivo de DW.

Calor emocional

Durante el duelo del pasado sábado 22 de octubre, hubo un nuevo incidente, esta vez con el técnico Julian Nagelsmann, de Hoffenheim. "¿Acaso estás loco?", dijo Schmidt a su colega tras una jugada polémica y luego añadió "cierra el hocico". El entrenador del Bayer fue enviado a las tribunas por el árbitro, Bastian Dankert, en una decisión totalmente apegada al reglamento. Habría sido ideal que su exigencia de guardar silencio a Nagelsmann la aplicara también Schmidt a sí mismo.

Pero eso finalmente no ocurrió y por ello el equipo de Leverkusen podría tener que jugar sus próximos dos compromisos en la Bundesliga sin la presencia del técnico al borde de la cancha, pues Schmidt está en situación condicional hasta 2017. Aunque el agresivo malestar del entrenador fue totalmente innecesario y la sentencia puede ser discutida, el afectado por las palabras del hombre del Leverkusen puso paños fríos. "Estas cosas ocurren al calor de las emociones", dijo Nagelsmann más tarde. "No me tomo esto tan en serio", añadió.

Sin consecuencias internas

Ahora el tema está en manos de la Federación Alemana. Que la entidad decida finalmente imponer un nuevo castigo a Schmidt no es seguro, pues este tipo de agresiones verbales implican, generalmente, meras sanciones monetarias. Al respecto, Jürgen Klopp podría contarnos mucho. Pero más allá del tipo de castigo que se imponga, hay algo seguro: lo sucedido fue innecesario y tonto. Con su acción, Schmidt dañó a su club y a sí mismo. El entrenador de los aspirinos no aprende fácilmente y un nuevo patinazo es cosa de tiempo. Sin embargo, el jefe deportivo del Leverkusen, Rudi Völler, confirmó el domingo que no habrá una reprimenda interna para Schmidt, pero de seguro en Leverkusen se preguntan cuánto pasará hasta que su entrenador nuevamente pierda los estribos.

Autor: Thomas Klein