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Opinión: El retorno de la crisis griega

Henrik Böhme6 de abril de 2016

Una nueva ronda de un juego ya conocido. Aquí el gobierno de Tsipras en Atenas, allá los acreedores. Unos filtran conversaciones internas, los otros están divididos. Es la crisis griega reloaded, opina Henrik Böhme.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Es un clásico déjà vu. Atenas recibe nuevamente a los enviados de la llamada Troika, representantes de esas tres instituciones que mantienen a Grecia a flote gracias a sus inyecciones de miles de millones de euros en efectivo. Pero, como ya es costumbre desde que comenzaron las duras conversaciones para liberar el tercer paquete de ayudas hace un año, se trabaja con todos los medios habidos y por haber en el arte de las negociaciones.

Viejos conocidos, viejo juego

Es cosa de recordar al exministro de Finanzas de Atenas, Yanis Varoufakis, quien durante una reunión con sus colegas europeos activó la función de grabación de su teléfono. Esto, claro, para luego poder escuchar el diálogo con calma más tarde.

Ahora nuevamente el mismo juego. Poco antes del comienzo de la misión de la troika, la plataforma Wikileaks -por supuesto, de forma puramente casual- dio a conocer extractos de una teleconferencia. En ellos se escucha al jefe del FMI para Europa, Poul Thomsen, dejando en claro cuál será la actitud del Fondo Monetario Internacional para negociar: la vieja discusión de los acreedores no ha quedado resuelta. Con gusto el FMI se retiraría de los fondos de ayuda a Grecia porque los miles de millones que fluyen hacia Atenas no cuentan con la comprensión de los demás países miembros del FMI. El premier heleno, Alexis Tsipras, por su parte, con mucho gusto se sacaría de encima a los señores del FMI, muy odiados en su país. Pero no puede, porque necesita el respaldo de Christiane Lagarde, la directora gerente de la entidad, y de sus funcionarios, porque el Fondo busca forzar una quita para Atenas. Pero eso no está en los planes de Berlín, de ningún modo.

Henrik Böhme
Henrik Böhme

Otra Europa

Precisamente en este punto se encontraban los acreedores hace diez meses, cuando tras muchos debates finalmente se acordó el tercer paquete de ayuda para Grecia. Luego vino un período de tranquilidad, entre otras razones porque temas más urgentes que la eterna discusión sobre el rescate de una economía intrascendente del sur de Europa coparon la agenda. Entonces se habló mucho sobre la solidaridad europea. Cuánto vale esa solidaridad puede verse ahora en la llamada crisis de los refugiados.

Por supuesto ya se preveía entonces que Atenas otra vez necesitaría más oxígeno, incluso si el gobierno de Tsipras hacía todos sus esfuerzos para tomar un curso reformista. En realidad, es difícil discernir avances sustantivos en esa materia. Y otra vez todo depende del pago de un nuevo tramo del paquete de ayudas. Atenas debe pagar, ya este jueves, viejas deudas. Además, Grecia debe hacer frente a los millonarios gastos para enfrentar la oleada de refugiados. Parece que la gran discusión sobre una quita para Atenas pronto volverá a estar en la agenda en Europa. Una Europa, sin embargo, que ha cambiado muchísimo en los últimos 12 meses.

Para aprender alemán: aquí encuentran la versión original del artículo.