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Opinión: la cumbre no acabará con la crisis en Siria

Jamshid Barzegar
5 de abril de 2018

¿Se puede interpretar la cumbre trilateral en Ankara entre Rusia, Turquía e Irán como un paso hacia la paz en Siria? Probablemente no, opina Jamshid Barzegar.

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Türkei Ruhani, Erdogan und Putin beim Treffen in Ankara
Imagen: Reuters/U. Bektas

No solo el presidente Rohaní, también diversos medios de comunicación celebran la cumbre trilateral en Ankara como un éxito de política exterior de Teherán. Es comprensible, porque la unidad que muestran Irán, Rusia y Turquía es importante para Irán: el país ha sido tildado de factor principal de inestabilidad para la región por parte de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí. También en los países europeos están preocupados por el aumento de poder político regional y armamento de Irán, aunque estos se muestran reticentes a criticarlo y prefieren apoyar el acuerdo nuclear, del que por cierto Trump quiere deshacerse.

La cumbre en Ankara, el segundo encuentro después del de Sochi el pasado noviembre, tiene un significado especial teniendo en cuenta la política siria de los estadounidenses. El deseo de Trump es que las tropas de su país abandonen el suelo sirio. Entonces, Rusia, Irán y Turquía tendrían la oportunidad de ponerse de acuerdo sobre el ámbito de influencia en Siria: Turquía tendría carta blanca en las zonas controladas por las Unidades de Protección Popular (YPG); Rusia e Irán en las otras regiones sirias.
Lea más sobre el tema: Rusia, Turquía y el show de la armonía

Dudosos ángeles de la paz

Jamshid Barzegar.
Jamshid Barzegar, jefe de la redacción farsi.Imagen: DW/B. Scheid

Erdogan se apresuró en asegurar en la cumbre en Ankara que "es muy importante la coordinación con Rusia y con Irán en relación con las operaciones en Afrín”. De esta manera "se crea la infraestructura de paz en esa región”. Los tres mandatarios se muestran como los propiciadores de la paz en Siria sin ningún tipo de vergüenza, aunque hayan contribuido fundamentalmente al derramamiento de sangre de la población civil.

¿Deberían ellos y precisamente ahora ofrecer una solución constructiva después de que echaran por tierra el intento paralelo de la ONU? Es muy improbable ya que los intereses divergen demasiado a pesar de la armonía demostrada en la cumbre. Rusia sigue considerando a Irán como su base militar, desea un régimen que no se alíe con las potencias occidentales y no tenga nada en contra de la presencia del Ejército ruso en Siria. Erdogan, por su parte, tiene como prioridad reprimir a los kurdos en sus fronteras, pero sigue no estando de acuerdo con que al Assad continúe en el poder en Siria.

El líder de Irán, por el contrario, ignora las protestas de la oposición iraní, que le recriminan quemar los recursos de Siria en Irak, Líbano y Yemen en vez de solucionar los problemas económicos de la propia población. Sin dejar de lado que el acercamiento reciente entre Arabia Saudí e Israel motivará aún más a los seguidores de la línea dura de política exterior en Irán, lo que tampoco supone un buen augurio para Siria.

Jamshid Barzegar (RMR/VT)