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Opinión: la delicada misión diplomática de Merkel

Michael Knigge (VC/DZC)8 de febrero de 2015

Pese a las inciertas perspectivas de éxito, la iniciativa franco-alemana en el conflicto ucraniano es correcta. Si bien, las críticas son legítimas, el senador de EE. UU. McCain se salió de tono, opina Michael Knigge.

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Imagen: Reuters/M. Rehle

La situación en Ucrania es cada vez más dramática: últimamente, los separatistas prorrusos no solo han ganado territorio, sino que al parecer también tienen una ventaja militar sobre las tropas de Kiev. El hecho de que separatistas supuestamente desorganizados puedan someter al Ejército de un país como Ucrania nos dice que Rusia está apoyando a los insurgentes con todos los medios a su disposición.

Debido al desequilibrio militar, las tropas ucranianas podrían perder todavía más territorio, lo cual podría poner en tela de juicio la integridad de la exrepública soviética a largo plazo. Para evitarlo, sobre todo en Estados Unidos se multiplican las voces que exigen armas para el Ejército ucraniano. Solo así, argumentan los defensores, se puede frenar al presidente ruso, Vladimir Putin, y evitar la división territorial de Ucrania. Hasta ahora, el presidente estadounidense, Barack Obama, no se ha posicionado claramente al respecto. Pero está claro que Washington ya no descarta ninguna opción, aunque siga subrayando que el conflicto solo se podrá solucionar de manera diplomática.

Solución diplomática

La canciller alemana, Angela Merkel, comparte la opinión de Estados Unidos de que Ucrania es inferior militarmente a los separatistas apoyados por Rusia. Al mismo tiempo no cree que este desequilibrio se pueda resolver mediante el suministro de armas a la exrepública soviética. Enviar más armas a la región solo hará escalar la violencia. La canciller está convencida: el conflicto solo se puede solucionar a través de negociaciones.

Lamentablemente, fuera de Europa, pocos comparten esta opinión. Ni las duras sanciones ni la dramática caída del rublo han hecho ceder a Putin. En EE. UU. se ha llegado a la conclusión de que el mandatario ruso no responde a negociaciones. Por ello, para muchos en Washington la única posibilidad de hacerlo entrar en razón consiste en rearmar a Ucrania. Al respecto, Merkel admite abiertamente que no puede garantizar el éxito de las negociaciones impulsadas por ella y su homólogo francés.

McCain se sale de tono

El senador estadounidense John McCain acusó al gobierno alemán de no tener la menor idea de lo que estaba pasando en Ucrania o de que no le importaba que estuvieran masacrando a personas en el este de ese país. Las críticas a la misión de Merkel no solo son legítimas, sino lógicas. Sin embargo, las acusaciones de McCain sobrepasan claramente los límites de la crítica aceptable, desacreditando al mismo senador.

Occidente está entre la espada y la pared. Si no pasa nada, el avance de los separatistas continuará, y seguirá desgarrando al país. Pero si Occidente envía armas, existe el peligro de una escalada de la violencia militar.

La misión de Merkel es el intento desesperado por encontrar una salida a este callejón que parece no tenerla. Su meta es encontrar una solución diplomática para evitar una guerra abierta. Este plan de último minuto merece respeto, puesto que el tiempo corre. Y, como advirtió el presidente francés, François Hollande, la guerra pronto podría ser una realidad.

Michael Knigge, corresponsal de DW en EE. UU.
Michael Knigge, corresponsal de DW en EE. UU.Imagen: DW/P. Henriksen