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Opinión: la UE cierra sus puertas a África

29 de agosto de 2017

Nunca se ha visto tanta unidad como se vio en París, donde Estados europeos y africanos acordaron detener la ola de migración de África. Pero, ¿cuál será el precio? pregunta Bernd Riegert.

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Inmigrantes provenientes de Gambia abordan un vuelo en Libia de regreso a casa.
Inmigrantes desembarcan un vuelo de regreso a casa, en Gambia, provenientes de Libia.Imagen: Reuters/L. Gnago

En un ambiente idílico en el Palacio del Elíseo de París, el presidente francés, Emmanuel Macron, reunió a líderes europeos y africanos para hablar sobre un tema desagradable. Los mandatarios de Alemania, Italia, España y Francia, en conjunto con los líderes libios y los presidentes de Níger y Chad, se congregaron allí para hablar sobre el destino de cientos de miles de personas, inmigrantes de África que se encuentran varados en Libia o aún en sus países, con la aspiración de abandonarlo todo para ir a Europa.

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El presidente francés actúa como el decidido impulsor de una nueva política inmigratoria y de refugiaos rápida, eficaz y con un firme propósito. Busca presentarse como el hacedor de esa política, algo que podría ayudarlo a reponerse de la caída libre de su nivel de popularidad. Los comparten su objetivo de cerrar la ruta del Mediterráneo y mantener a los potenciales migrantes en África, dejando en claro que la posibilidad de que logren obtener asilo y puedan vivir legalmente en Europa es muy escasa.

Rapidez y falta de sensibilidad

De ese modo, la Unión Europea actúa de manera cada vez más insensible, ya que no tiene encuenta la grave en el tema de la inmigración irregular, lo que ha agravado la situación humanitaria en Libia y el norte de África. Italia ya no quiere recibir más inmigrantes, ya que la planeada distribución entre los países de la UE no se ha concretado. España teme convertirse en una ruta alternativa, ahora que descienden las llegadas a las costas italianas. La canciller Angela Merkel, por su parte, desea prevenir que los que ya se encuentran en Italia crucen los Alpes y lleguen a Alemania. La mandataria desea, después de todo, ganar las próximas elecciones generales de septiembre en su país.

Italia ya ha pactado un acuerdo con Libia para que la guarda costera libia recoja a los migrantes en medio del Mediterráneo y los regrese al continente africano. El presidente Macron logro sorpresivamente que los dos lados contrarios del conflicto político libio, el jefe de Gobierno y el líder rebelde, se sentaran juntos a negociar con él sobre este tema a principios del verano boreal. Entre las soluciones, ha renacido hasta el plan de crear campos de refugiados en suelo africano para mantener ahí a los migrantes varados. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR)  y otras organizaciones no gubernamentales podrán protestar todo lo que quieran, pero ya la UE ha decidido cerrar las puertas.

Bernd Riegert, de DW.
Bernd Riegert, de DW.

Y la receta está funcionando. En el mes de julio disminuyó el número de migrantes que cruzaron el Mediterráneo en comparación con junio. Así que la estrategia disuasiva funciona. Pero lo que les suceda a los migrantes entre Nigeria y Libia, en el peligroso cruce del Sahara, les da igual a los responsables de la clase política europea. Cerrar los ojos a lo que realmente ocurre es también la actitud de Merkel. La mandataria urge a Libia a que acate las leyes, pero nadie puede verificar su cumplimiento y nadie lo quiere hacer. Sin embargo, esta nueva política europea podría contar al menos con un éxito concreto: echarle a perder el negocio a los traficantes de personas.

El objetivo de la reunión en París es lograr consolidar el cierre de la frontera marítima con la inclusión de países de tránsito como Chad y Níger. A estos se les pide impedir que los inmigrantes logren llegar a Libia. Estos son dos de los países más pobres del mundo y el control político de sus élites gobernantes es muy débil. Así que Europa también ignorará lo que realmente pase allá, mientras que las alarmas de la ACNUR continuarán siendo ignoradas.

Quien busque una mejor vida tendrá que volver a su país

El 70 por ciento de los inmigrantes son considerados como "inmigrantes económicos”, según estima la ONU. El argumento de los partidos de derecha, como el populista AfD alemán, es que estos inmigrantes no están forzados a huir de sus países. Dicha lógica ha permeado la campaña electoral, de modo que Merkel puede asumir que la mayoría de los votantes ya piensan lo mismo.

Cerrar la frontera en el norte de África le trae a la UE muchas ventajas. Le da un respiro a Italia, que enfrenta la incesante ola migratoria en sus costas. Las tensiones sobre el mal manejo de la distribución de refugiados que llegan desde Grecia e Italia se aliviarían.Si la frontera marítima se cerrase completamente, los controles fronterizos de la zona Schengen se podrían eliminar en un futuro no muy lejano. En París, Europa se ha cerrado aún más para separarse de África, lo que Macron, Merkel y compañía han de celebrar. Pero será una pérdida amarga para muchos inmigrantes.

Bernd Riegert (JCG/ CP)