Opinión: Cristianos siguen esperando una señal ecuménica
6 de febrero de 2017Es una imagen histórica: el Papa Francisco junto a un grupo de representantes de la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD, por sus siglas en alemán). Y, a veces, una imagen dice más que mil palabras: detrás del presidente del consejo de la EKD, Heinrich-Bedford-Strohm, se puede ver a su subrogante, Annette Kurschus, vestida de negro, con cadena pectoral. ¿Será que, en el futuro, se le atribuirá valor histórico a esta imagen?
Seguramente, el encuentro en El Vaticano fue mucho más relajado que otras reuniones de este tipo entre el máximo jerarca católico y representantes de la reforma luterana. La EKD habló de un "encuentro amistoso", el anfitrión describió a Bedford-Strohm como "un hombre con fuego en el corazón". Sin embargo, cabe esperar si, más allá de ello, hubo impulsos de índole teológica.
La responsabilidad especial de Alemania
¿Y ahora qué? El Papa ve obstáculos rumbo a la unidad. Eso no es nada nuevo. Hace un llamado a la oración. Eso lo hace siempre. Y, a nivel ecuménico, tampoco es nada nuevo reflexionar sobre el significado del bautizo. Ya hace décadas, este debate contribuyó al entendimiento mutuo. Si traemos a la memoria reuniones pasadas del Papa Francisco con miembros de otras religiones o confesiones, podremos constatar que este encuentro con los protestantes alemanes no ha sido un hito del ecumenismo.
Y eso, a pesar de que Alemania es el punto de partida y, quizá, incluso algo así como la herida del cisma de la Iglesia. La separación entre católicos y protestantes empezó en tierras germanas. "Tenemos una responsabilidad especial de superar aquello que todavía nos divide", dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Alemania, el cardenal Marx. Quizá, a nivel local, las Iglesias deberían ser más valientes al impulsar el acercamiento para recibir la bendición de Roma.
Más allá del estatu quo
El presidente del consejo de la Iglesia Evangélica germana y el cardenal Marx invitaron juntos al Papa Francisco a Alemania. Esto es notable puesto que Bedford-Strohm se pronunció claramente como representante de los cerca de 22 millones de protestantes alemanes, expresando su deseo de que el Papa visite a los cristianos evangélicos. Sin embargo, la visita de un Papa tan popular entre los feligreses debería ofrecer más que la confirmación del estatu quo.
En el marco de esta audiencia, el Papa no se pronunció sobre si matrimonios de distintas confesiones pueden participar en la eucaristía de la confesión del cónyuge. En tiempos en que, con su exhortación "Amoris Laetitia", Francisco abre una ventana en cuanto a preguntas relacionadas con personas divorciadas que se han vuelto a casar, también podría abordar ritos de la misa que atañen a parejas de diferentes confesiones.
¿Por qué no pueden decidir según su conciencia? Una invitación de este tipo seguramente sería más importante que una invitación a Alemania, en la que dominen cuestiones protocolarias y las decepciones estén programadas.