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Primero hay que probar tecnología de identificación facial

Jefferson Chase
25 de agosto de 2017

Muchos activistas pro privacidad rechazan la idea de usar un software de identificación biométrica. Antes de objetar, es mejor primero probar si esta puede ayudar a prevenir el terrorismo, opina Jefferson Chase.

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Face-Tracking-Software
Imagen: NDR

Hay una parte de mí que le encantaría unirse al coro de aquellos que quieren frustrar el uso del software de seguridad de reconocimiento facial en una estación de trenes de Berlín. Hay algo seductor en identificarse con una teoría de conspiración en la que fuerzas malévolas "de arriba" buscan controlar la vida de las personas. Solo que en este caso no hay tal conspiración. ¿Cómo podría haberlo? Todo en este proceso está al descubierto.

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A principios de este año, con publicidad de sobra, la Policía de Berlín encontró voluntarios para participar en la prueba de un prototipo de sistema de reconocimiento facial en la estación de Südkreuz. El sistema busca hacer coincidir imágenes de personas en cámaras de CCTV con imágenes de los voluntarios en una base de datos de prueba. Los voluntarios también usan transpondedores que proporcionan información sobre su paradero. La comparación de los dos conjuntos de datos dará una buena indicación de si la tecnología es de cualquier uso.

No todos comparten el miedo 

La crítica ha surgido porque los transpondedores, aparentemente, recogen un poco más de información de lo que originalmente se pensaba, pero no se ha sugerido que las autoridades estén tratando de usar ninguno de estos datos. Cubrí esta historia cuando el proyecto fue lanzado hace unos meses y le pregunté a un grupo de voluntarios si se preocupaban por su privacidad. Ninguno de ellos dijo tener problemas con la tecnología. Del mismo modo, ninguno manifestó querer retirarse de las pruebas. Por el contrario, estaban interesados en saber si la tecnología funcionaría, además estaban dispuestos a contribuir a lo que consideran una buena causa.

Chase Jefferson Kommentarbild App
Jefferson Chase de DW

Ingenuo, dirían los activistas, ¿pero es así? La mayoría de nosotros desconocemos por completo los tipos y el volumen de datos que recogen y comparten los teléfonos móviles y las redes sociales sobre nosotros. Sin embargo, ¿cuántos de nosotros pensamos dos veces antes de emplear GPS para encontrar nuestro camino o de revisar nuestras cuentas de Facebook o el correo electrónico? Comparado con eso, participar en una prueba muy pública, controlada por periodistas, políticos y organizaciones de vigilancia, me parece bastante seguro.

Además, es importante que las pruebas continúen por dos razones políticas. Después del atentado terrorista en un mercado de Navidad en Berlín el pasado mes de diciembre y la posterior cacería del atacante, los populistas de derecha acusaron al Gobierno alemán de no hacer todo lo posible para prevenir el terrorismo. El rechazo a la tecnología de identificación biométrica alimentaría, en principio, tales acusaciones. Probar la tecnología, por otro lado, muestra que el Gobierno está probando varias maneras de proteger a la gente contra el terrorismo.

La prueba es eso, una prueba

Experimentos como el de la estación de Südkreuz también son de interés público porque revelan las limitaciones y los posibles abusos de los sistemas de reconocimiento facial. Los críticos dicen que la tecnología no funcionará y es propensa a identificaciones erróneas. Si es así, ¿no es mejor averiguarlo y confirmarlo en un entorno de prueba?

Cuando se le preguntó sobre la tecnología durante su visita a la estación este jueves (24.08.2017), el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, habló sobre ello en términos de un experimento, diciendo que si la tecnología funcionara, sería "una ventaja increíble para la seguridad en Alemania".

Este experimento puede fallar. La tecnología puede resultar inútil o incompatible con el derecho a la privacidad en Alemania. Si es así, de cualquier modo hay que averiguarlo primero. Considero, no obstante, positivo que activistas pro privacidad se mantengan atentos a lo que está sucediendo en Südkreuz; el debate será ciertamente interesante una vez lleguen los resultados del experimento. Su cancelación solo privaría al público del tipo de información que necesita para llegar a un consenso sobre esta tecnología, la cual puede llegar a ser tanto potencialmente beneficiosa como dañina.

Autor: Chase Jefferson (FEW/VT)


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