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Opinión: Victoria no es lo mismo que paz

11 de julio de 2017

La coalición que batalla contra Estado Islámico ha demostrado que puede ganar la guerra. ¿Podrá lograr la paz? No será fácil, opina Matthias von Hein.

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Irak Mossul Rückeroberung Soldaten Fahne
Soldados iraquíes celebran la recaptura de MosulImagen: Getty Images/AFP/F. Senna

La brutal batalla en Mosul duró nueve arduos meses y por fin el denominado Estado Islámico (EI) ha perdido el control de la segunda ciudad más grande de Irak, la cual había servido como símbolo del poder del grupo yihadista.

Fue allí hace casi tres años que líder de la agrupación terrorista, Abu Bakr al-Baghdadi, hizo su llamado para la creación del califato desde la mezquita al-Nuri, la cual los yihadistas terminaron bombardeando en los últimos días de la batalla. Fue en Mosul que EI empezó a mostrar rasgos de invencibilidad, al despojar al Ejército iraquí del control la ciudad en 2014 con tan solo unos cientos de combatientes.

Derrotar a EI en Mosul puede celebrarse si esto conlleva a mejorar las condiciones de vida de los habitantes, a llevar a cabo un plan de reconstrucción para ciudad, tras tanta destrucción, y si se le garantiza la seguridad en el futuro.

Lograr esto requiere mucho más que una victoria militar. Los yihadistas seguirán aterrorizando la ciudad por medio de ataques suicidas, luego de sufrir esta derrota, y queda incierto quien llenará el vacio de poder que prevalecerá tras haber despojado al grupo terrorista

Viejas rivalidades

Lo único que unía a las facciones que liberaron la ciudad fue la oposición conjunta al EI. Ahora que los militantes quedaron fuera de la ciudad, las viejas rivalidades podrían resurgir en el ámbito político. La coalición esta compuesta por un grupo dispar, como el Ejército iraquí, la policía y unidades anti terroristas, que son chiitas relacionados al gobierno central en Bagdad, más las denominadas "Fuerzas de Movilización Popular” chiitas, las milicias sunitas, y los combatientes kurdos del Peshmerga.

Cada grupo tiene sus propias intenciones, por ejemplo, los kurdos querrán llevar a cabo un referendo de independencia el 25 de septiembre, mientras que las milicias sunitas podría reusarse al desarme.

Habrá más derramamiento de sangre entre los ríos Tigris y Éufrates a raíz de la falta de solución a los conflictos entre estos diversos grupos, donde también se mezcla la pugna sectaria entre chiitas y sunitas. A esto se le suman las disputas regionales que tienen las naciones de Arabia Saudí, Turquía e Irán con estos grupos, además de la influencia de poderes extranjeros como EE.UU. y Rusia sobre ellas.

No podemos olvidar que justamente el mismo Estado Islámico es una consecuencia de la desestabilización que trajo la guerra de EE.UU. en Irak en el 2003, una guerra que violó las leyes internacionales.

El Ejército iraquí y las milicias han pagado un gran precio en la recaptura de Mosul y querrán ser recompensados con influencia política o, como mínimo, con alguna ganancia proveniente de la reconstrucción de la ciudad. Pero los más perjudicados fueron los residentes de la ciudad: miles han muerto y unos 900 mil abandonaron sus hogares. La población sunita de Mosul teme a EI y también a las tropas de la coalición, a quienes organizaciones de derechos humanos han acusado de crímenes de guerra.

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Matthias Von Hein

Se necesita la ayuda financiera

El este de Mosul fue liberado de EI hace seis meses y ahí ya ha surgido la ira y la insatisfacción por la falta de electricidad, la demora en recibir agua potable, y la falta de compensación para los maestros de escuelas que fueron reabiertas. La misma situación se vive en otras ciudades, tras ser liberadas, como Ramadi, Fallujah, y Tikrit.

El mundo no puede seguir llevando a cabo guerras sin organizar la paz. Se necesita mucha ayuda financiera del extranjero para reconstruir Mosul. Estos fondos pueden ser utilizados para mitigar los sentimientos de discriminación que sienten los sunitas, algo que fue precisamente lo que le otorgó apoyo a Estado Islámico. El mundo no puede permitir que se vuelva a desencadenar otra lucha de poder en Mosul.

Matthias von Hein (JCG/EL)