OTAN: Cumbre borrascosa
29 de junio de 2004
El presidente estadounidense, George W. Bush, parte de Estambul con las manos vacías. Pero no sólo Estados Unidos se vio enfrentado a un difícil examen, temas como el de Afganistán y especialmente el de Irak han vuelto a poner a prueba a los miembros de la OTAN.
La participación de la OTAN en Afganistán es la prueba de fuego de la organización, según el mensaje difundido por el secretario general, Jaap de Hoop Scheffer, ya antes de que comenzara la cumbre en Turquía. Después de finalizadas las deliberaciones de dos días, siguen habiendo incertidumbre sobre si la organización logrará salir airosa de esta primera intervención fuera de suelo europeo.
Los 26 jefes de estado y de gobierno presentes presentaron disposición política y aseguraron la colaboración con tropas para la reconstrucción regional y seguridad de las elecciones en Afganistán, sin embargo no se nombraron ni cifras concretas ni fechas. Desde hace meses la OTAN busca equipo y herramienta. Se han efectuado varias conferencias en Bruselas, todas ellas sin resultados satisfactorios. Mientras tanto sigue transcurriendo el tiempo para las próximas elecciones en Afganistán planeadas para el mes de septiembre próximo.
¿El fracaso de Afganistán?
En Estambul se acordó que de los 3.500 soldados adicionales previstos, la mitad constará de reservas fuera de territorio afgano que intervendrán sólo en caso de emergencia no definida. Tropas móviles de intervención compuestas de unos 1.000 soldados supervisarán el enorme territorio afgano durante las elecciones. Unos cientos más formarán grupos de refuerzo en el norte del país. Sin embargo no se sabe aún que sucederá en el este del territorio afgano.
En el futuro la OTAN, que se califica como la alianza militar más poderosa del mundo, no puede mostrar debilidad como sucede en el caso de Afganistán. De ahí la exhortación del secretario general a modificar el procedimiento de formación de las tropas. Sin embargo, tomando en cuenta el costo y la escasa influencia que los estados miembros tendrían sobre sus ejércitos, no sorprende que se ignoren hasta el momento las peticiones de Jaap de Hoop Scheffer.
No habrá tropas de la OTAN en Irak
Algunos diplomáticos indican que aún cuando la OTAN hubiese querido intervenir en Irak, no podría haberlo hecho, tomando en cuenta la escasa disposición de los países miembro.
Hubo un gran esfuerzo común por tratar de estrechar posiciones después de la guerra de Irak. Estados Unidos continuará intentando utilizar a la OTAN a su gusto. Y en caso de necesidad acudirá a una "coalición de los dispuestos". El ingreso de 7 nuevas naciones facilita la situación para Estados Unidos, pues desde el Báltico hasta Rumania, se apoya la lucha por la libertad en Irak, tan repetida nuevamente por el presidente estadounidense, Geroge W. Bush, en Estambul.
El ambicioso plan estadounidense de utilizar a la OTAN como poderoso brazo militar para su iniciativa del Cercano Oriente, fue enterrado ya antes de que comenzara la cumbre, por la falta de interés de los socios de cooperación. Lo mismo que en el caso de Irak, tampoco contará con el apoyo de la OTAN. Una decepción, por lo menos desde el punto de vista de Estados Unidos.