Otra idea de Bush: batallones civiles para la democracia
19 de mayo de 2005Las visiones del jefe de la Casa Blanca ya son largamente conocidas: Estados Unidos lleva la democracia al mundo entero, sin consultar mayormente a los favorecidos con ese regalo, ni a sus propios aliados. El anuncio efectuado por el presidente en el círculo de sus correligionarios republicanos es una pincelada más en ese cuadro. Un batallón civil, integrado por diplomáticos, funcionarios y expertos en diversas materias, ha de estar a disposición del gobierno para reaccionar con agilidad y elaborar en el curso de días o semanas -"y no de meses o años"- programas dirigidos a respaldar a las jóvenes democracias.
Tardío reconocimiento
Algunos analistas de la prensa alemana ven en este anuncio un tardío reconocimiento de lo que se le advirtió a George W. Bush, sobre todo en Europa, antes de la intervención en Irak: que no basta con ganar una contienda militar, sino que se requiere una estrategia para la postguerra. El periódico General Anzeiger, de Bonn, considera un avance que el presidente admita errores y lance una iniciativa centrada en la reconstrucción civil. Pero subraya que "lo decisivo para el éxito sería que también vaya ligado a lo anterior un cambio en la política exterior estadounidense".
Eso es justamente lo que se echa de menos en las palabras de Bush. El gobernante de la hiperpotencia norteamericana sigue embelezado con su visión y convencido de que "vivimos en una época de gran idealismo, en la que el sueño de la libertad adquiere forma para millones de personas". Cita, como ejemplos, los casos de Ucrania, Georgia y el Líbano, entre otros. ¿Se propondrá, en consecuencia, enviar sus batallones de expertos en democracia a todos esos lugares? En tal caso, los 100 millones de dólares que piensa asignar a un fondo con tal propósito difícilmente alcanzarán.
Resistencia en el mundo islámico
Por otra parte, sigue pareciendo ingenua la idea de que el modelo democrático estadounidense es aplicable, sin más, en cualquier lugar del planeta. En los países islámicos, al menos, la resistencia es fuerte. La publicación alemana Der Spiegel da cuenta de un nuevo estudio del Consejo de Relaciones Exteriores, un organismo independiente de la Casa Blanca, según el cual la guerra de Irak fomentó el antiamericanismo. Basado en una encuesta realizada en Egipto, Marruecos e Indonesia, el estudio revela también la admiración que sienten, sobre todo los más jóvenes, por Osama Bin Laden. Y esa no es una premisa favorable para la propagación de la democracia.
Ciertamente es positivo que las autoridades de Washington ya no se limiten a pensar en términos militares. Pero mejor sería adoptar un enfoque más matizado de la realidad internacional y buscar apoyos multilaterales para lograr, por ejemplo, la condena de la violencia como recurso político. Porque la peor variante entre las posibles interpretaciones sería que el mesianismo de Bush contemplara repetir la experiencia iraquí en otros lugares, esta vez mostrándose "mejor preparado" para las tareas de postguerra.