Otro lunes negro en las bolsas, de nuevo la crisis en EE UU
17 de marzo de 2008Desde América hasta Asia, pasando por Europa, las decisiones tomadas a última hora de ayer por la Fed, el banco central estadounidense, no han encontrado tierra fértil en las bolsas.
El índice alemán Dax cayó hoy al nivel más bajo del último año y medio, y tampoco en Londres, París y Madrid pasó desapercibido este nuevo coletazo de la crisis financiera norteamericana. El EuroStoxx50, reflejo de la zona euro, ha perdido un 3,78%. Los precios del oro y del crudo se disparan. El euro se rozó el dólar 60 centavos.
Las medidas de la Fed
“Sólo puedo darle la bienvenida a las medidas tomadas por la Fed”, declaró el presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn. A última hora del domingo, la institución estadounidense convocó una reunión de urgencia en la que se dio visto bueno a la compra del banco Bear Stearns por su principal competidor, JP Morgan.
El mundo de las finanzas es hoy un lugar peligroso. Nadie se fía de nadie y los bancos están en el punto de mira. Hace una semana comenzaron a circular rumores sobre posibles dificultades económicas en Bear Stearns. El prestigio como entidad ya no sirve de aval: pese a los desmentidos, el banco se quedó sin préstamos y acabó sucumbiendo en una crisis de liquidez.
Ahora JP Morgan se hará con Bear Stearns por 236 millones de dólares, mucho menos de lo que el banco valía hace poco. La venta barata ha provocado que las acciones de Bear Stearns caigan un 90%, y la entidad ha tenido que recurrir a través de su nuevo dueño a dinero de la Fed para no desaparecer por completo.
La Fed quiere evitar que más de sus bancos compartan la suerte de Bear Stearns. Para ello decidió el domingo abaratar los préstamos a entidades financieras y facilitar a éstas el acceso al capital. La ecuación se basa en una premisa: que fluya el dinero. De la Fed, si es necesario, a los bancos, y de los bancos a la industria y a los clientes privados con el objetivo de que la producción y el consumo se conviertan en los salvadores de la economía.
Sin embargo, las bolsas internacionales no contemplaban tal activismo en Estados Unidos desde que hace 80 años se desplomase Wall Street. Y eso ha añadido puntos a una desconfianza que se sitúa ya muy alto en la escala de hipersensibilidad bursátil. Pese a las palabras de Strauss-Kahn, las medidas de la Fed no han sido bien acogidas en los centros financieros mundiales. Folker Hellmeyer, director del banco regional de Bremen, criticó la prisa excesiva con que las autoridades estadounidenses han tomado sus decisiones.
“No hay motivos para el pánico”
Mientras una larga lista de bancos perdían hoy valor en las bolsas europeas, crece la conciencia de que la situación se encamina hacia una recesión sobre cuyo alcance y magnitud todavía se discute. “La crisis en los mercados es ahora más grave e incluso más global que hace unas pocas semanas. Los riesgos de contagio son muy altos”, dijo el presidente del FMI.
El martes, la Fed se reúne de nuevo y se cree que seguramente decida un nuevo recorte de la tasa referencial del dólar. Si se cumple la predicción, todos volverán a mirar hacia el Banco Central Europeo (BCE), que se ha negado hasta ahora a favorecer una reducción del precio del euro, ya por las nubes. En este punto las opiniones distan entre quienes consideran que la entidad europea actúa correctamente, y los que sostienen que se está alimentando un miedo falso a una inflación ficticia y con ello dañando a las exportaciones comunitarias.
En cualquier caso, la gran pregunta en Europa es hasta qué punto, desatada una recesión en Estados Unidos, afectaría ésta a la economía de los Estados miembros. “La crisis se agudiza”, constataba Hellmeyer, el directivo de Bremen, y pese a todo en Alemania las autoridades tratan de imprimir optimismo: “estamos convencidos de que podemos hacer frente a la situación”, declaraba ante la prensa Stefan Olbermann, portavoz del Ministerio de Finanzas germano, “no hay motivos para el pánico”.