Mercosur-UE: “paciencia estratégica”
9 de julio de 2010
El Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Unión Europea (UE) calificaron de “fructífera” la primera ronda de negociaciones para el relanzamiento de sus relaciones, la pasada semana en Buenos Aires, Argentina. La alianza sudamericana, integrada además por Brasil, Uruguay y Paraguay, coordina el traspaso de la presidencia pro tempore del segundo semestre de 2010 y las negociaciones con la UE a Brasil, su socio de mayor peso económico relativo.
Un acuerdo birregional para el acceso de bienes a los mercados, la regulación de barreras técnicas, medidas sanitarias y derechos intelectuales, aún podría tardar años y cuenta con la oposición de grupos ambientalistas, agricultores y legisladores europeos. Pero si se alcanza, se crearía la zona de libre comercio más grande del mundo, con cerca de 800 millones de personas e intercambios comerciales por unos 100.000 millones de euros al año (más de 125.000 millones de dólares).
Cooperación para reducir desigualdades
La regulación del comercio de productos agrícolas e industriales (tema de desacuerdo entre ambos bloques en el pasado) y la desigualdad estructural entre ambas regiones, así como al interior del propio MERCOSUR, requiere la aplicación de instrumentos de “múltiples velocidades” y “geometría variable” como las llamadas “cláusulas evolutivas” – afirma el argentino Félix Peña, Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank.
Pero el MERCOSUR busca más que un acuerdo comercial con la UE. “Estamos en una etapa inicial de la solución de asimetrías entre y al interior de los países miembros, con la creación de un Fondo de Convergencia Estructural”, comentó Rafael Reis, Secretario de Relaciones Institucionales y Comunicación Social del Parlamento del MERCOSUR. “La relación birregional tiene que incluir la cooperación en la solución de estos problemas sociales”, agregó.
En Europa, Francia y otros 15 países temen que el acuerdo afectaría a los productores de carne de res, cerdo y aves europeos. La expansión de la producción en el MERCOSUR traería además consecuencias para el medio ambiente, dicen los detractores del acuerdo, que piden congelarlo hasta que concluya la llamada ronda de Doha para la liberalización del comercio internacional, en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Consenso mínimo indispensable
Pero “la reapertura de las negociaciones obedece justamente al estancamiento de la Ronda de Doha y su horizonte prometedor”, aseguró a DW-WORLD Emanuel Porcelli, profesor e investigador del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata. Los acuerdos birregionales han resurgido como salida al fracaso de ese esquema negociador multilateral neoliberal, al que se opusieron países emergentes y en vías de desarrollo como los del MERCOSUR, China o India, recordó el académico.
El actual relanzamiento de las conversaciones - suspendidas por la UE y no por MERCOSUR en 2004 - muestra el reconocimiento europeo del liderazgo internacional de MERCOSUR, que se ha recuperado de la crisis más pronto que Europa o países latinoamericanos con modelos de desarrollo neoliberal como México o Chile, “justamente gracias a su modelo de desarrollo y comercio intrazona”, coincidieron Reis y Porcelli.
Entretanto, el encargado de Comercio de la UE, Karel de Gutch, tranquilizó este jueves al Parlamento Europeo, alegando que el acuerdo con MERCOSUR impulsaría las exportaciones de productores de vinos, quesos, frutas y vegetales, así como de servicios de la UE, además de crear nuevos empleos en el sector público. Por otra parte, los productos cárnicos del MERCOSUR sólo podrían ingresar a la UE si cumplen las restricciones legales y controles sanitarios y de seguridad exigidos por el bloque.
China: factor de presión
La presencia creciente de nuevos socios comerciales en el espacio sudamericano no escapa a la atención de Bruselas y los empresarios europeos. Especialmente China preocupa a quienes tienen una presencia significativa en sectores industriales como el automotriz, o quienes aspiran a participar con equipamientos, servicios e inversiones en el potencial desarrollo de la producción de alimentos e hidrocarburos en la región.
EE.UU.: ¿fuera de juego?
El acuerdo con la UE, cuya negociación se ubica ya en el tope de las prioridades de la presidencia brasileña de MERCOSUR durante el segundo semestre de 2010, daría ventaja al bloque de 27 países sobre EE.UU., que ha tenido históricamente una fuerte presencia comercial en América Latina.
La propuesta de Estados Unidos de un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) fue rechazada en el pasado por MERCOSUR, que no tiene por el momento una agenda sobre libre comercio con EE.UU., señaló Porcelli. Con la UE, “la apuesta del MERCOSUR es a tener paciencia estratégica”, observó el académico argentino. “Es un tema importante, que implicaría mayor desarrollo para la región, el acceso a un gran mercado, pero no tiene que ser resuelto con urgencia ni a cualquier costo”.
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editora: Emilia Rojas Sasse