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Italia atascada

Ralf Bosen/ Evan Romero-Castillo3 de abril de 2013

El presidente italiano, Giorgio Napolitano, pidió a un grupo de expertos buscar soluciones para la crisis de gobernabilidad del país. ¿De qué sirve esta comisión cuando los partidos locales se resisten a cooperar?

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Imagen: Reuters

Mientras Bruselas recupera el aliento tras haber salvado a Chipre de la bancarrota, al menos por ahora, otra crisis nacional amenaza con convertirse en el principal dolor de cabeza del bloque comunitario: los problemas de gobernabilidad que aquejan al Estado italiano le impiden poner coto a su enorme endeudamiento. Todo indica que la tercera economía de la Unión Europea (UE) necesitará ser socorrida por sus socios, pero el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE) no alcanzaría para rescatar sus finanzas.

Aunque la coalición de centroizquierda de Pier Luigi Bersani ganó las elecciones del pasado 25 de febrero, ningún partido obtuvo una clara mayoría en el Senado. Desde entonces, la UE y los mercados financieros miran aterrados como el vacío político crece en Italia. Considerando la gravedad de la situación económica que se vive en el país, los partidos no parecen tener otra opción que hacer concesiones y llegar a un acuerdo para formar un Gobierno de amplia base que permita atender sin más demoras la cuestión de la deuda estatal.

Pero, en este momento, la prioridad de los líderes políticos más populares sería atizar el descontento general para atraer electores, cruzándose de brazos en lugar de contribuir a solucionar la crisis de la eurozona. De ahí que los medios locales duden del éxito de la nueva táctica de Giorgio Napolitano para sacar al país de su parálisis: el presidente italiano creó una comisión de expertos, integrada por una decena de diputados –académicos y economistas de todas las fracciones parlamentarias–, para hallar una salida a la crisis.

Bautizados por Napolitano como “los diez sabios”, estos especialistas comenzaron su trabajo este martes (2.4.2013) en dos grupos: uno se concentra en las reformas políticas e institucionales, como la del derecho electoral, y el otro, en las medidas económicas y sociales necesarias para responder a los embates de la crisis fiscal. El periodista Giovanni del Re, corresponsal en Bruselas del periódico italiano Avvenire, dijo a Deutsche Welle que no espera demasiado de las recomendaciones que la comisión entregará la semana que viene.

En la imagen, Giorgio Napolitano se reúne con el equipo de expertos que él denomina “los diez sabios”.
En la imagen, Giorgio Napolitano se reúne con el equipo de expertos que él denomina “los diez sabios”.Imagen: picture-alliance/dpa

¿La última propuesta de Napolitano?

“Los expertos no van a poder ir más allá de redactar un informe estupendo con directrices para que el Estado implemente reformas. Los partidos todavía no están dispuestos a cooperar entre ellos para resolver este embrollo”, comentó del Re. La decisión de Napolitano de crear este pequeño think tank fue elogiada brevemente por distintos grupos políticos; pero ahora no se cansan de desestimar su utilidad. Silvio Berlusconi y sus aliados de centroderecha opinan que la labor de los “diez sabios” es una pérdida de tiempo.

En su lugar, clama Berlusconi, se debería llamar a nuevas elecciones. A juicio de Giovanni del Re, volver a las urnas sería una mala decisión. “Con la ley electoral vigente, unos nuevos comicios nos dejarían en el mismo caos que tenemos ahora”, señaló el periodista de Avvenire, pronosticando que ningún partido obtendría una mayoría en el Senado. “Por lo menos tenemos que enmendar la ley electoral. Si no lo hacemos, esta situación se va a perpetuar y eso sería extremadamente peligroso para el euro”, acotó del Re.

Algunos analistas consideran que, por incierto, el destino de Italia es aún más preocupante que el de España. Y las perspectivas se tornan aún menos auspiciosas al tomar en cuenta que Napolitano –uno de los pocos políticos italianos que irradian seriedad e inspiran confianza por su constancia– dejará la presidencia del país el 15 de mayo. Es por eso que el margen de maniobra del octogenario luce tan limitado. “Napolitano usa el tiempo que le queda en la jefatura del Estado para crear una atmósfera de concordia”, sostuvo del Re.

“Sin embargo, es improbable que sea Napolitano quien proponga la gran solución a la crisis italiana”, agregó el periodista. Al referirse a la crisis italiana, del Re no sólo alude al endeudamiento del Estado, sino también al hecho de que la producción industrial del país se redujo en un 25 por ciento en el último lustro y al índice de desempleo, que supera el 11 por ciento: un tercio de los jóvenes menores de 25 años carece de trabajo.

Autores: Ralf Bosen/ Evan Romero-Castillo

Editora: Emilia Rojas Sasse