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Paul Wolfowitz: otro "halcón" que cae

José Ospina Valencia18 de mayo de 2007

El anuncio de la dimisión del (aún) presidente del Banco Mundial ha sido recibido en Alemania con “alivio” y confianza en que las estructuras internas de la organización financiera internacional sean revisadas.

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Paul Wolfowitz, amigo de Bush y coartífice de la Guerra contra Irak.Imagen: AP

“La reputación del Banco Mundial tiene ahora que ser restablecida”, dijo el ministro alemán de Finanzas Peer Steinbrück, al marco de la reunión preparatoria de la Cumbre de los Ocho. La reacción de Steinbrück, publicada por la emisora de radio alemana Deutschlandfunk, se dio a conocer tras el anuncio de la renuncia de Paul Wolfowitz a la presidencia del Banco Mundial.

Una dimisión “en común acuerdo” que tendrá lugar el 30 de junio. La dimisión de Wolfowitz “es buena para el Banco Mundial y para su capacidad de trabajo”, agregó el ministro socialdemócrata.

Wolfowitz tiene que abandonar la organización financiera mundial por la sindicación de haber favorecido a su compañera sentimental Shaha Riza, con un cargo altamente remunerado dentro del mismo instituto. Una vez promovida Riza a un cargo dotado con un salario mensual de 50.000 dólares, ésta se fue al ministerio estadounidense de Exteriores. El banco empero, le siguió pagando la mesada como si aún trabajara para la institución.

Daño para la persona y la misma institución

“¡Al fin!”, es una de las reacciones dentro del mismo banco que no son menos halagadoras que en Europa. El director ejecutivo del Banco Mundial, el alemán Eckhard Deutscher, “lamenta el daño hecho al banco por el caso de nepotismo de Wolfowitz”, por haberse rehusado a dimitir mucho más temprano. En ello coinciden Deutscher y Steinbrück, aunque éste último advierte que también es cierto que “para Wolfowitz era importante salir sin perder (del todo) su prestigio”.

Para el Coordinador federal de la Cooperación entre Alemania y Estados Unidos, Karsten Voigt (SPD), “hay que sacar consecuencias del caso Wolfowitz”, dijo Voigt igualmente a Deutschlandfunk. Lo más paradójico de la actitud del (aún) presidente del Banco Mundial es que Wolfowitz asumió el mando de la organización pregonando el estandarte de la lucha contra la corrupción.

¿Y el compromiso con los más pobres?

Las declaraciones de “alivio” por la anunciada renuncia de Paul Wolfowitz también vienen de la ministra alemana de Cooperación y Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul que confía en que ahora dicha institución pueda regresar al trabajo para el desarrollo.

“El Banco (Mundial) se encuentra en una fase decisiva de la aprobación de fondos para financiar el desarrollo de los países más pobres del mundo”, como se comprometió en sus metas para “Plan del Milenio”. Heidemarie Wieczorek-Zeul también cumple sus funciones como una de las gobernadoras del Banco, con sede Washington.

La “autoridad moral” de los países ricos…

“Ahora urge una revisión de las estructuras internas del banco”, recalcó la política socialdemócrata”. Lo anterior implicaría un debate sobre la procedencia de los futuros presidentes del Banco Mundial. Por lo pronto, para la canciller conservadora, Angela Merkel, “no hay duda de que la posición de Wolfowitz será ocupada por otro estadounidense”, dijo el suplente del vocero del Gobierno alemán de coalición, Thomas Steg.

De todas formas, “el proceso (de elección del nuevo presidente del Banco Mundial) tiene ser más transparente”, agregó, por su parte, Markus Weidling, el vocero del ministerio de Desarrollo.

Por, último, Bernice Romero, de la organización humanitaria Oxfam, afirmó que tras conocerse el caso Wolfowitz, “los países ricos tienen que demostrar que tienen la facultad ética para dirigir los destinos económicos de los pobres desde el Banco Mundial”.