Pena máxima: más difícil de lo que parece
22 de junio de 2012La dificultad de anotar un penal en el punto de los 11 metros parece mínima: disparar el balón a 100 kilómetros por hora hacia la derecha o hacia la izquierda hasta que cruce el arco. El arquero necesita 0,2 segundos para reaccionar y lanzarse hacia el lado en (cree) que va el disparo. Pero no solo por esto el guardameta no tiene prácticamente ningún chance de parar el tiro: el arco tiene más o menos cuatro veces más la superficie que el arquero puede cubrir con sus brazos abiertos.
Aún así, los más famosos han fallado en su momento Maradona, Ronaldo, David Beckham, Michel Platini, Roberto Baggio y hasta el alemán Uli Hoeneß.
"Increíble. Pero demuestra la presión en la que se encuentran los jugadores", dice Metin Tolan, profesor para física experimental de la Universidad Técnica de Dortmund. “Los robots meten cada disparo, pero los futbolistas no son máquinas”, acota Tolan que escribió un libro sobre la física del fútbol. “Cuando la velocidad del disparo varía en sólo un kilómetro por hora y el ángulo se eleva en un grado, el balón sube su curso en 50 centímetros. Así crece el riesgo de fallar el arco”, aclara este físico alemán.
Alemania vs. República Checa
Desde 1976, año en el se introdujeron los penalties para decidir un partido después del tiempo suplementario en la Eurocopa, se han cobrado 343 penas máximas, de las que 258 se han convertido en goles, cerca del 75 por ciento. "Esto corresponde justamente al 75% del espacio en el arco que el guardameta no puede cubrir”, aclara Tolan. En anotación de goles por penal la República Checa es campeón mundial. De 20 disparos hechos, 20 han ido a parar a las redes del arco contrario. El segundo lugar lo ostenta Alemania que de 28 penalties sólo ha fallado 2. Una cuota del 93% que no está nada mal. Mal parada queda Inglaterra con una cuota del 68%.
Los trucos de un guardameta
Los alemanes se acuerdan de la final en la Eurocopa en Belgrado 1976 cuando Uli Hoeneß falló el cobro de una pena máxima y Checoslovaquia se convirtió en el campeón europeo. La segunda - y hasta ahora, la última - vez que un jugador de la selección alemana fracasó en el disparo de un penal fue hace 30 años.
Y coincidencialmente fue otro Uli el que puso a Alemania en riesgo, Uli Stielike en la semifinal del Mundial 1982 contra Francia. Por fortuna, Alemania clasificó a la final porque “Toni” Schumacher paró dos penalties de los franceses. “Como no hay mucho tiempo para reaccionar usé un truco”, cuenta Schumacher y revela que tenía anotado en cuál dirección disparaba cada jugador y con cuál intensidad. Schumacher, hoy de 58 años de edad, era considerado en su tiempo activo como “el asesino de las penas máximas”.
"Yo observo al jugador que va a cobrar antes de que tome impulso para darle al balón. Antes de ello, él mira milésimas de segundo hacia el lado en el que quiere poner el balón”, revela esta leyenda viva del arco.
Un buen arquero no sólo puede intimidar a quienes cobren una pena máxima sino aliviar la carga de los compañeros de equipo. El hombre en el arco la tiene relativamente fácil, concluye Schumacher: “Yo nunca tuve temor porque toda la presión pesa sobre el que cobra el penal. Todo el mundo espera que él anote el gol.”
Autora: Diana Fong / JOV
Editor: Enrique López