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Periodistas en Colombia: asediados por los violentos, desprotegidos por el Estado y explotados por las empresas

José Ospina Valencia30 de abril de 2006

Con motivo del Día de la Libertad de Expresión, Gloria Ortega, directora de Medios para la paz, de Colombia, habló con DW-WORLD. "Es importante darle a los periodistas herramientas que les permitan desarmar la palabra".

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Gloria Ortega, directora de Medios para la paz, ONG colombiana.

¿Cuál es la razón de Medios para la paz?

La razón de esta singular experiencia, única en el mundo, es la enorme necesidad y la gran convicción que tenemos los colombianos, en este caso y de manera especial los periodistas, por contribuir a la construcción de la paz.

Los periodistas necesitamos apostarle, como lo hacen otros gremios de la sociedad, a que sea posible la paz en Colombia. Todas nuestras actividades están orientadas a fortalecer el periodismo colombiano.

Creemos que podemos jugar un papel muy grande, en tanto que somos los que llegamos al gran público. Si logramos que la sociedad entera logre entender mejor lo que nos ocurre en medio de un conflicto armado y todas las consecuencias y el impacto de éste en la sociedad, en esa medida podremos ayudar a transformar la nación.

¿Cuál labor puede hacer Medios para la paz en un país como Colombia con un conflicto tan complejo como peligroso, tanto para civiles como para periodistas?

La complejidad del conflicto armado nos obliga a documentarnos de una forma más precisa y más equilibrada. Colombia está atravesada por fenómenos de corrupción, narcotráfico, por una guerrilla de más de 50 años, por el maligno fenómeno del paramilitarismo. Estos son los fenómenos a los que un periodista colombiano se tiene que enfrentar a diario.

¿Qué aporta allí Medios para la paz desde la práctica periodística?

Medios para la paz contribuye fundamentalmente en la formación de los periodistas. En mantenerlos mejor documentados, mejor informados. De manera que cuando se enfrenten al cubrimiento de una situación en donde los unos u otros actores violentos comprometan a civiles tengan claridad para distinguir los frentes y sepan sobre defensa de Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario.

Si los periodistas conocen y entienden estas nociones dentro del contexto de Colombia, sabemos que pueden entregar una mejor información a la sociedad. Con ello, esa sociedad se verá comprometida a comprender y participar en las grandes decisiones de transformación que requiere el país.

¿Cómo es un día de un periodista en Colombia? ¿Qué hace diferente la práctica de la profesión?

A lo mejor, lo primero que debe saberse en el exterior es que Colombia es un territorio geográficamente amplio cuyas riquezas han hecho que los recursos se conviertan en presa de trofeo de los más distintos actores armados. En este panorama es donde se sitúa el conflicto. Por eso un periodista del campo vive el conflicto mucho más intenso que aquel que vive en las grandes ciudades como Bogotá, Medellín, Cali o Barranquilla.

Allí en los municipios insertos en el conflicto armado muchos periodistas han optado por callar. Porque si alguien entrevista a un guerrillero para aclarar un hecho cualquiera, los paramilitares lo catalogan como cercano a sus contradictores. Y si el periodista lo hace con los paramilitares, la guerrilla lo acusa de ser aliado de los paramilitares. A eso se suma el Estado que entra a dudar de la seriedad del trabajo del comunicador. Estamos en medio de muchos juegos cruzados en donde la gran sacrificada es la verdad.

¿Cuál ha sido la acogida de Medios para la paz?

Nuestra organización es una respuesta a una carencia que teníamos. La aceptación ha sido total en Colombia. Son ahora los reporteros los que nos buscan para que los asesoremos sobre cómo hacer periodismo en medio del conflicto. Es tan positivo el eco al trabajo de Medios para la paz que se está convirtiendo en una estrategia de disuasión para los violentos. Después de 9 años de labores, son ahora las empresas de medios las que demandan asesoría para sus periodistas.

A nivel internacional realizamos múltiples trabajos de cooperación. Con la Universidad de San José de Costa Rica hemos desarrollado un taller sobre Derechos Humanos y práctica del periodismo en medio de un conflicto. Con Caracas, Perú y Ecuador también mantenemos estrechas relaciones. En las 5 fronteras se refleja también el conflicto colombiano.

Medios para la paz ha ganado diferentes reconocimientos. Esta misma semana recibimos el Premio Cataluña a la Libertad de Expresión.

¿Cuál ha sido el apoyo de la comunidad internacional?

El primer Gobierno del mundo que creyó en nosotros y nos apoyó durante los tres primeros años fue el gobierno alemán, a través de la Embajada alemana en Colombia. La cooperación de varias fundaciones alemanas, como la Konrad Adenauer, ha sido un puntal importante para avanzar en el cubrimiento responsable del conflicto.

¿Cómo puede seguir cooperando Alemania y la Unión Europea con Medios para la paz?

Alemania y los países de la Unión Europea pueden acompañar nuestro trabajo de muchísimas maneras, no sólo la financiera. También es importante poner los ojos sobre el gobierno y el periodismo colombianos. La práctica de la profesión en Colombia carece de toda seguridad social.

Ni el Estado colombiano ha sido un pleno garante de la protección del periodista, ni las empresas respetan los derechos laborales. Cada mes el Comité de Protección de Periodistas, un unte independiente, analiza el caso de unos 30 periodistas amenazados, uno por día. En la débil situación de la democracia colombiana es necesario un acompañamiento de Alemania y la Unión Europea. Si la prensa se debilita es menor la garantía de construcción de una democracia.