Periodistas en medio del fuego cruzado en Siria
29 de diciembre de 2015El periodista y cineasta Naji Jerf de 38 años, fue asesinado a tiros a plena luz de día, mientras caminaba por el centro de Gaziantep, una ciudad fronteriza con Siria situada en el sureste de Turquía. Le sobreviven dos hijas.
Uno de sus últimos trabajos fue un documental titulado Estado Islámico en Alepo, emitido por Al Arabiya y publicado en YouTube hace dos semanas. En sus reportajes el periodista mostraba las atrocidades cometidas por el grupo yihadista. También formaba parte de un grupo de activistas que denuncian los crímenes de los yihadistas en Raqa. A fines de octubre, Estado Islámico reivindicó el asesinato de otros dos miembros de esta misma formación.
El director de teatro Nawar Bulbul reaccionó conmocionado a la muerte de su amigo. “La muerte de Naji es el fin de un gran cineasta sirio“, dijo Balbul en conversación con DW. El dramaturgo sirio está seguro de que miembros de Estado Islámico lo asesinaron, pero considera que el gobierno sirio también tiene responsabilidad en el asesinato de su amigo, pues “sin las crueldades de un régimen tan loco como éste, EI no existiría“.
La noticia sobre el asesinato de Naji Jerf llega en un momento en el que la situación para los periodistas en Turquía ha llegado a niveles intolerables. Según la organización Reporteros Sin Fronteras, Turquía ocupa el lugar 149 en el ranking sobre libertad de prensa en una lista en la que figuran un total de 180 países. Debido a su trascendencia en Turquía se ha hablado poco sobre el asesinato del periodista sirio.
El experto turco Gareth Jenkins considera que el partido en el Gobierno turco es responsable de ello. “El Partido Justicia y Desarrollo (AKP) del presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha boicoteado todo intento de cobertura que pueda presentarlo bajo una luz negativa“, afirma el experto del Institute for Security and Development Policy, con sede en Estambul. “Parte de ello es que los simpatizantes del Estado Islámico puedan cometer asesinatos en Turquía“.
Acoso a periodistas críticos
El asesinato de Naji Jerf se inscribe en una serie de atentados mortales contra críticos de Estado Islámico dentro de Turquía. Además de atentados suicidas contra activistas kurdos o de izquierda turcos, los periodistas sirios se han convertido en blanco de los terroristas.
En octubre pasado fueron asesinados el periodista Ibrahim Abdul Qader y su amigo Fares Hamadi en la localidad de Urfa, a unos 140 kilómetros de distancia de Gaziantep, en donde Naji Jerf fue asesinado. Igual que Jerf, ambos trabajaban para la plataforma “Raqqa is Being Slaughtered Silently“ (Raqa está siendo masacrada silenciosamente). La organización siria, que hace una cobertura sobre las atrocidades del Estado Islámico desde la clandestinidad, fue galardonada con el International Press Freedom Award.
El protavoz de la organización, Abdelaziz Alhamza lamentó la muerte de "un gran amigo". “Pensábamos que en Turquía estaríamos en un lugar seguro, nos sentimos decepcionados pero no renunciaremos a nuestro trabajo“.
El experto Gareth Jenkins afirma por su parte que el mayor problema es el miedo. “Muchos periodistas evitan hacer críticas relacionadas a la política con Siria y precisamente la postura del partido gobernante AKP, sea intencional o no, ayuda a que los simpatizantes de Estado Islámico se sientan fuertes y capaces de asesinar gente“.
Precisamente porque Naji Jerf no se dejaba poner una mordaza en un ambiente tan hostil es que el periodista es un héroe para el dramaturgo Nawar Bulbul. Él mismo tuvo que huír de la guerra en Siria a la vecina Jordania. Y tampoco tiene una situación fácil en Turquía. Pero no se deja intimidar. “No le tengo miedo ni a Estado Islámico ni al régimen de Assad. Precisamente los periodistas, cineastas y artistas estamos obligados a mostrar al mundo lo que sucede en Siria“.