Petróleo sucio
26 de septiembre de 2002Desde hace años diferentes grupos de activistas ecológicos protestan contra la construcción de un nuevo oleoducto en Ecuador. El "Oleoducto de Crudos Pesados" (OCP), el segundo que existe en el país, cruzará el territorio ecautoriano de este a oeste y podría causar graves daños a la naturaleza y al medio ambiente, especialmente en la delicada región amazónica.
El banco WestLB, que en un 43,2 por ciento es de propiedad del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, es uno de los mayores inversionistas del proyecto. Tiene planes de invertir nada menos que 1.200 millones de euros. Pero aunque este estado federado es gobernado por una coalición socialdemócrata-verde, los políticos hasta el momento no han intervenido.
Los jueces decidirán
El tema cobró aún más polémica cuando hace dos semanas el canadiense Robert Goodland, un ecologista especializado en regiones tropicales y ex-miembro del Banco Mundial, presentó un informe nada favorable acerca del proyecto. Según él, la construcción del OCP, que ya está terminado en una tercera parte, viola masivamente las normas del Banco Mundial, ya que su planificación y construcción se han llevado a cabo en parte con métodos ilegales.
Por esa razón la organización Greenpeace, uno de los mayores grupos ecologistas del mundo, ha demandado al gobierno de la Renania del Norte-Westfalia ante el tribunal administrativo de Düsseldorf. Como dueño del banco, el gobierno tendría que haber actuado hace mucho tiempo, según argumenta Greenpeace. Martin Kaiser, experto en bosques de Greenpeace, explica la situación: "Este crédito financiado por el WestLB viola de manera evidente acuerdos internacionales sobre la protección del medio ambiente."
¿OCP = desarrollo?
En Ecuador, al contrario, las críticas al OCP son bastante menores que en Alemania. Aunque ha habido manifestaciones por parte de grupos ecologistas locales y moradores de las zonas afectadas por la construcción de la tubería, la opinión pública sobre el proyecto más bien es positiva.
Para el gobierno del presidente Gustavo Noboa Bejarano, el oleoducto es el mayor proyecto de desarollo en la historia de ese país sudamericano. Se esperan ingresos millonarios y un fuerte empuje para la economía nacional, que desde hace años está pasando por una gravísima crisis.
Colgados de la fachada
Mientras tanto sigue ocupada la sede del WestLB en Düsseldorf. Desde la semana pasada varios activistas de Greenpeace se han colgado a una altura de 60 metros de la fachada del edificio donde permanecen en sacos térmicos para protejerse del frío. Sus compañeros les proveen con comida y bebida, de tiempo en tiempo. Los activistas han declarado que seguirán con su protesta hasta que el banco retire su crédito al proyecto del OCP. Hasta el momento, ni el banco WestLB, ni el gobierno de Düsseldorf han reaccionado.