Autoridades relacionan a Caballeros Templarios con tráfico de órganos
21 de marzo de 2014La detención de Manuel Plancarte Gaspar, integrante del cártel de los Caballeros Templarios, ha revelado nuevas dimensiones de la violencia de las organizaciones criminales mexicanas. En un entorno, caracterizado por secuestros, torturas, ejecuciones, decapitaciones, desmembramientos y desollamientos, hay indicios de que también practican el canibalismo como otro método de intimidación y demostración de poder.
El 17 de marzo, se dio a conocer la detención de Manuel Plancarte Gaspar, de 34 años, en el Estado de Michoacán. Presunto sobrino de Enrique “Kike” Plancarte, uno de los principales capos de los Caballeros Templarios, el detenido está siendo investigado por secuestro de menores para el tráfico de órganos.
En días recientes, Alfredo Castillo, Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral en Michoacán, dijo a MVS Noticias que existen declaraciones de miembros de ese cártel que aseguran haber sido obligados a comerse órganos de personas como un rito de iniciación. Según se desprende de sus testimonios, Nazario Moreno “El Chayo” o “El más loco”, fundador de los Caballeros Templarios, les había ordenado comer el corazón de una persona.
En otra entrevista a MVS Noticias, el médico José Manuel Mireles, uno de los líderes de las autodefensas de Michoacán, acusó a los Caballeros Templarios de traficar órganos. Según Alfredo Castillo, por el momento solo se puede confirmar la extracción de órganos, sin que se compruebe si éstos están destinados al tráfico u otro fin.
El tráfico de órganos es sumamente complejo
Ana Lilia Pérez, periodista investigadora del narcotráfico mexicano, señala que últimamente las autoridades del gobierno han hecho importantes revelaciones sobre las acciones criminales de los cárteles que operan en el Estado de Michoacán, relacionando a los Caballeros Templarios con el delito del tráfico de órganos.
Pese al dramatismo del tema, Pérez dice no estar sorprendida: “La mafia mexicana, los cárteles mexicanos de la droga son las organizaciones criminales que más han diversificado sus actividades criminales a nivel mundial. El tráfico de drogas es solamente uno de sus negocios”. Estos cárteles, afirma la periodista, se han especializado en por lo menos 22 delitos transnacionales, entre ellos, el tráfico de órganos.
David Shirk, profesor asociado de la Universidad de San Diego y asesor del foro político Centro Wilson, explica a DW que este tipo de tráfico es sumamente complejo. Además de que se debe determinar la compatibilidad del tipo de sangre, se requiere especialistas que lleven a cabo tanto la extracción como el trasplante de los órganos en modernas instalaciones quirúrgicas en un periodo de tiempo limitado. Asimismo, se necesitan sistemas de refrigeración y transporte adecuados.
En consecuencia, Shirk duda que los Caballeros Templarios sean capaces de llevar a cabo operaciones de este tipo y menos aún a gran escala. Ana Lilia Pérez, en cambio, sostiene que “aunque el tráfico de órganos es un delito muy especializado, las mafias mexicanas tienen capacidad de operación para ello, pues con estas mafias, de manera obligada o voluntaria, colaboran también profesionistas de todos los sectores”.
“Entre más violencia, más control”
La periodista mexicana que emigró a Alemania acosada por constantes amenazas de muerte en México, indica que prácticas como la de comerse el corazón de una persona son parte de métodos de intimidación. “Entre más violencia generen, más control ejercen los cárteles. La violencia extrema es una manera de exhibir su poder, por ello, filman sus ejecuciones y las exhiben en internet o buscan que aparezcan en los medios de comunicación. Es su manera también de marcar su territorio”. Ana Lilia Pérez añade que la práctica de comer carne humana no se limita a los Caballeros Templarios, sino que también la practican Los Zetas.
El cártel de los Caballeros Templarios se caracteriza además por su ideología, fanatismo y el adoctrinamiento de sus correligionarios. David Shirk indica que las evidencias de canibalismo escasean, pero que desde luego se trata de una organización criminal que hace uso de la violencia ritual y de mitos de autoglorificación para aterrar a sus enemigos, convirtiéndose en uno de los cárteles más temidos en México.
El asesor político estadounidense apunta que las tasas de homicidio, secuestro y extorsión demuestran que el crimen organizado aún ejerce una fuerte influencia. La debilidad institucional del sistema de justicia mexicano hace, además, que un 90 por ciento de los crímenes sigan sin ser esclarecidos. “A diferencia de su antecesor, el presidente Enrique Peña Nieto minimiza deliberadamente el problema de la seguridad en México. Debería demostrar un compromiso más serio y sostenible de mejorar el acceso a informaciones fidedignas, profesionalizar el sistema judicial y la prevención del crimen a nivel comunal.”
Por su parte, Ana Lilia Pérez opina que ha habido importantes detenciones de poderosos capos, pero que éstas no significan nada si no se atacan las estructuras financieras de las cuales se financian las mafias.