Polonia: entre identidad y reconocimiento
1 de agosto de 2004El 1 de agosto de 1944, decenas de miles de personas se sublevaron en Varsovia contra la ocupación alemana. Motivados por el atentado contra Hitler del 20 de julio anterior, la insurgencia polaca quería expulsar a los nazis para recibir como ciudadanos libres a la Armada Roja que se aproximaba desde la Unión Soviética. Se trataba de replicar las liberaciones contra los nazis en Roma y París antes de la llegada de las tropas aliadas.
La efeméride coincide con otra fecha clave para Europa y de la historia moderna: la declaración de la guerra de Alemania a Rusia en 1914 que dio lugar a la I Guerra Mundial que se cobró 10 millones de muertos.
El levantamiento fallido
El plan de Varsovia falló. Lo que sólo debería haber durado pocos días se convirtió en una guerrilla urbana de 63 días. Unos 50.000 mal equipados soldados polacos se enfrentaron con 90.000 soldados alemanes rápidamente reforzados por unos 50.000 militares élite de las SS. Fue la peor catástrofe de la historia polaca, que se cobró la vida de 200.000 de los suyos, 350.00 fueron deportados a campos de concentración y más de 120.000 llevados a trabajos forzados a Alemania.
Varsovia fue destruida, mientras que la Armada Roja contemplaba la masacre desde el borde de la ciudad. Tampoco los aliados estadounidenses y británicos prestaron ayuda. No es de extrañar que estos eventos hayan dejado profundos traumas en la conciencia nacional polaca.
Una fecha omitida
La tragedia, desconocida por muchos alemanes hasta el día de hoy, se recuerda ahora en Polonia como un festivo nacional. Los festejos de este año superan a todos los anteriores, con un maratón conmemorativo, el desfile de 4.000 veteranos del levantamiento y otras actividades. Este protagonismo es una reciente, luego que los gobiernos comunistas omitieran durante décadas los sucesos de 1944, considerados por muchos un alzamiento "burgués".
Por décadas el levantamiento fue subestimado por los dirigentes comunistas y con frecuencia se confundía en Occidente con una tragedia similar, el levantamiento del gueto de Varsovia en 1943. En la década de los 80, el 1 de agosto se convirtió en un día festivo secreto para la oposición.
Histórica visita alemana
Ahora, el canciller alemán, Gerhard Schroeder, hace historia este domingo al asistir a la conmemoración del 60 aniversario. Es el primer jefe de gobierno alemán invitado a este evento.
Hasta hace 10 años pocos alemanes conocían este capítulo de la historia de sus vecinos polacos. En el 50 aniversario, el ex presidente alemán, Roman Herzog, estuvo en Polonia. Fue una presencia importante que culminó con el perdón que Herzog pidió por las atrcidades cometidas por los nazis. Los polacos incluso le perdonaron un error histórico, bastante común, de confundir el levantamiento de 1944 con la sublevación en el Ghetto de Varsovia de 1943.
Hoy en día parece haber consenso en Polonia acerca del carácter constitutivo en el camino hacia la identidad europea. Es el elemento que Schroeder acaba de retomar al conmemorar el 60 aniversario del atentado fallido contra Hitler. Según el canciller alemán, "la sublevación de Varsovia fue una señal inequívoca en el camino hacia una verdadera comunidad europea de valores". Esta es la clase de reconocimiento que los polacos, desde siempre vecinos cercanos y distantes de los alemanes, han estado esperando durante décadas.