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Discriminación racialen Alemania

16 de abril de 2012

Una corte de Coblenza falló a favor de la policía federal, avalando la legalidad del control de viajeros basado en el color de su piel, luego de que un alemán negro denunciara a dos gendarmes por discriminación racial.

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Imagen: picture alliance/dpa

La Iniciativa Gente Negra en Alemania (ISD) está coordinando una serie de movilizaciones para protestar contra un veredicto del tribunal administrativo de Coblenza, Renania-Palatinado, que avala la legalidad del control policial de viajeros basado en el color de su piel en rutas ferroviarias usualmente utilizadas para la entrada ilegal al país. La ISD viene denunciando desde hace casi veinte años el racismo estructural al que se ven expuestas las personas de piel oscura en Alemania, independientemente de su nacionalidad.

Aunque la sentencia de Coblenza no ha acaparado la atención de los medios germanos como lo hizo el tardío develamiento de los homicidios racistas cometidos por un grupo neonazi en la década pasada, el hecho de que la justicia alemana le haya dado luz verde al llamado ethnic profiling ha generado controversia. A finales de 2010, en un tren regional que iba de Kassel a Fráncfort del Meno, dos policías federales blancos en búsqueda de inmigrantes indocumentados le pidieron a un pasajero negro que se identificara. El viajero se negó a hacerlo.

Los policías revisaron sus pertenencias y, como no encontraron sus papeles, lo arrestaron. En la comisaría se produjo un fuerte altercado: cuando se comprobó que el viajero en cuestión era alemán, éste le reprochó a los gendarmes el haberlo controlado por ser negro. El detenido acusó a los policías de usar “métodos de las SS” y éstos lo denunciaron por injuria. En septiembre de 2011, el hombre demandó a los agentes por discriminación racial sin imaginar que su querella sentaría un precedente judicial en Alemania.

Durante el juicio, al describir su manera de trabajar, uno de los policías admitió que controlaba a las personas que le dieran la impresión de ser extranjeras: “el demandante encajó en ese esquema por el color de su piel”, declaró ante la corte de Coblenza, que terminó fallando a favor de la Bundespolizei el 28 de marzo. “El único criterio razonable [para aplicar controles] es la apariencia de una persona. No hay otro recurso a la mano en los controles aleatorios, tal como los realiza la policía federal”, justificó el vocero del tribunal, Christoph Gietzen.

“Un veredicto anticonstitucional”

En términos estrictamente lógicos, ¿no es el procedimiento del ethnic profiling todo lo contrario de un control aleatorio? En entrevista con Deutsche Welle, Alexander Klose, del Instituto para la Investigación Interdisciplinaria del Derecho, adscrito a la Universidad Humboldt de Berlín­, y Jeannine Drohla, del Instituto Alemán de Derechos Humanos, un organismo creado en 2001 por recomendación del Bundestag, hablan sobre este caso y sus implicaciones, tanto jurídicas como sociopolíticas.

Alexander Klose
El jurista Alexander Klose, del Instituto para la Investigación Interdisciplinaria del Derecho, adscrito a la Universidad Humboldt de Berlín­.Imagen: Privat

“Lo que a mí más me perturba de este dictamen es que fue emitido sin considerar en absoluto los aspectos constitucionales pertinentes: el artículo 3 de la Ley Fundamental de Alemania prohíbe explícitamente favorecer o desfavorecer a una persona por sus rasgos étnicos, su procedencia o su idioma. Yo no critico el fallo por una cuestión de corrección política, sino porque viola un mandamiento constitucional fundamental –el artículo 1–, derivado de la historia alemana, que busca proteger la dignidad humana”, argumenta Klose.

“Si la Ley de Igualdad (AGG, sus siglas en alemán) prohíbe a los entes privados discriminar a las personas por el color de su piel, con más razón deben abstenerse de hacerlo los estatales”, comenta el experto, agregando que la inconstitucionalidad de la decisión tomada por la corte de Coblenza lo anima a pensar que la siguiente instancia jurídica anulará el dictamen. “Lamentablemente, no todos en Alemania están conscientes del daño que causa la discriminación racial”, señala Klose al ser consultado sobre la dimensión social de este caso.

En detrimento de la convivencia en Alemania

“Para comprender los efectos negativos que este veredicto puede tener sobre la convivencia en Alemania, éste debe ser considerado en el contexto de la actual situación política del país: los organismos de seguridad del Estado atraviesan una seria crisis debido a la desconfianza que inspiran entre los inmigrantes y entre los alemanes que no son blancos, tras el descubrimiento de los nueve asesinatos xenófobos y racistas perpetrados impunemente por el grupo neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista entre 2000 y 2007”, advierte Klose.

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También el tardío descubrimiento de los homicidios racistas cometidos por Clandestinidad Nacionalsocialista (en la foto) empaña la imagen de la policía en Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa

“Una sentencia que declara lícitos los controles policiales basados en el color de la piel, la indumentaria y el dominio de la lengua alemana de los pasajeros en los trenes sólo puede ejercer una influencia negativa sobre la sociedad. Es necesario tomar en cuenta lo que ocurre a diario: cuando los pasajeros son controlados sistemáticamente por ‘no parecer alemanes’, muchos viajeros se percatan de ello y adquieren prejuicios de cara a personas no blancas y extranjeras o ven reforzadas las creencias estereotipadas que ya tienen”, añade Klose.

“El control policial selectivo de las personas de piel oscura se basa en el prejuicio de que éstas pueden ser inmigrantes sin derecho a permanecer en territorio alemán. Ese no es un problema menor porque, al practicarse frente a todos los pasajeros, esos controles tienen un efecto estigmatizante sobre el viajero cuyos documentos de identidad están siendo inspeccionados. Y ese estigma se intensifica cuando aquellos que viajan en tren con frecuencia son controlados una y otra vez, sólo porque su piel no es blanca”, dice Drohla.

“El abogado del demandante me dejó saber que su representado fue el único pasajero del vagón elegido a dedo y controlado por la policía federal, y que eso no ha pasado una vez, sino en repetidas ocasiones y en un período relativamente corto. Es de esperar que en algún momento la persona afectada se percate de que está siendo discriminada porque su apariencia física no concuerda con lo que las autoridades consideran el ‘típico fenotipo alemán’. Eso es algo que lesiona el tejido social de Alemania”, agrega Drohla.

¿Seguridad antes que justicia?

“La policía federal no puede inspeccionar los papeles de todos los pasajeros de un tren porque sus recursos son limitados y es comprensible que busque criterios para efectuar sus controles migratorios lo más efectivamente posible. Pero en el mismo veredicto que ahora discutimos se mencionan otras formas de practicar esos controles que son admisibles en términos jurídicos. Es errada la noción de que la piel, la vestimenta y el lenguaje de un viajero son los únicos rasgos que permiten a un policía decidir si controlarlo o no”, sostiene Klose.

Deutsche Bahn ICE
Klose: “Practicar un control aleatorio, en el que se revisen los documentos de cada quinto pasajero, es una opción jurídicamente válida”.Imagen: dapd

“Practicar un control verdaderamente aleatorio, en el que se revisen los documentos de cada quinto o décimo pasajero, es una opción viable y jurídicamente válida. Pero el tribunal de Coblenza decidió exclusivamente con base en la argumentación de la policía”, lamenta el especialista de la universidad berlinesa. Lo que este fallo tiene de bueno, enfatiza Klose, es que deja en evidencia la aplicación sistemática del ethnic profiling en los operativos de la Bundespolizei; algo que hasta ahora había sido desmentido por sus autoridades y por el Gobierno.

Cabe aclarar también que la sentencia en cuestión no es definitiva todavía. El alemán que demandó a la policía federal por discriminación racial y perdió el juicio en Coblenza ha llevado el proceso a una segunda instancia, apoyado económicamente por una organización no gubernamental que se interesó por el pleito. “El querellante introdujo una demanda de apelación. Eso significa que el proceso puede llegar al Tribunal Superior de lo Contencioso Administrativo e incluso al Tribunal Constitucional de Alemania”, cuenta Drohla.

“Si los jueces de Karlsruhe no revocan la decisión de los de Coblenza, el caso puede llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ya se ha pronunciado en contra del ethnic profiling en el pasado”, recuerda Drohla con un dejo de optimismo. “Independientemente de la decisión de los tribunales, también el Parlamento alemán puede tachar de inconstitucionales los controles policiales basados en los rasgos fenotípicos de las personas y prohibir esas prácticas, de una vez por todas, mediante una reforma legislativa”, explica Klose.

Discriminación, un fenómeno complejo

Está por verse cómo incidirá este proceso sobre la actuación de la policía federal en el futuro y en otras áreas de la vida nacional. Según Klose, en este momento, los habitantes de Alemania están mejor protegidos de posibles actos de discriminación cometidos por empleadores o arrendadores, que de las prácticas discriminatorias de la policía, los funcionarios públicos o las escuelas. Eso obliga a preguntar: ¿alcanzan las leyes vigentes para poner coto al racismo institucionalizado en el país?

“Yo no sé hasta qué punto está institucionalizado el racismo en Alemania; esa es una cuestión compleja que no se deja responder con un simple o no. Lo que sí se puede hacer –y yo intenté hacerlo, redactando un proyecto de ley para el Estado federado de Berlín– es concebir normativas más detalladas contra la discriminación, tanto en el ámbito privado como en el público”, cierra el experto del Instituto para la Investigación Interdisciplinaria del Derecho.

Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera Pahl