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¡Por fin! Berlín se acerca a la formación de gobierno

7 de febrero de 2018

Nunca en la historia de la República Federal de Alemania había tomado tanto tiempo formar gobierno. Ya era hora de un acuerdo entre la CDU y el SPD. Pero aún falta sortear otro escollo, advierte Christoph Strack.

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Deutschland Sondierungsgespräche in Berlin Merkel und Schulz
Imagen: Reuters/H. Hanschke

Lo lograron. ¡Por fin! 135 días después de las elecciones generales y tras un tira y afloja que pareció interminable, se logró un acuerdo de coalición. Pero, tras la gran negociación viene la gran incertidumbre, porque por ahora ese acuerdo es solo una declaración de intenciones. La meta aún no se ha alcanzado.

No obstante, Alemania está más cerca de contar con un nuevo gobierno. La importancia de ello queda en evidencia al dar un vistazo a la agenda de la canciller Angela Merkel para el jueves: al mediodía, recibirá al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y más tarde al jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Europa está a la espera de Alemania, una potencia importante en la UE junto a la Francia de Emmanuel Macron. Y espera desde hace mucho. El margen de tiempo para realizar reformas en la UE -que también han sido tematizadas en el acuerdo de coalición- se va estrechando.

Europa es uno o quizá incluso el punto central de este acuerdo de coalición, según se lo interprete. Este incluye también los temas de política exterior, que surgieron en la recta final de las negociaciones. En el plano de la política interior, es difícil determinar el concepto central. El hecho de que el término "patria” aparezca en el título del Ministerio del Interior resulta notable, en vista del debate –de ningún modo solo teñido de populismo- que se lleva a cabo en Alemania en torno a la identidad y la globalización.

La extensión y el detalle del documento, de bastante más que 150 páginas, da cuenta de la rigurosidad con que se negoció, pero también de falta de confianza entre los socios.

Christoph Strack
Christoph StrackImagen: DW

Y, a pesar de todo, el acuerdo tiene todavía un carácter provisional: aún tiene que superar una votación de los miembros del Partido Socialdemócrata (SPD). En 2013, eso no fue problema. En esa oportunidad, más de tres cuartas partes de las bases dieron su aprobación. En 2018, la situación es diferente. En el congreso del partido, solo un 58 por ciento dio su visto bueno a la realización de negociaciones con la Unión Cristianodemócrata (CDU). Y los adversarios de una coalición con Merkel, especialmente en las filas la juventud socialdemócrata, luchan desde hace tiempo por un NO en la votación en la que participarán los 464.000 miembros del partido, de los cuales 24.000 se afiliaron en las últimas cuatro semanas.

La lista de ministros que se ha filtrado demuestra el tesón con que los socialdemócratas lucharon por sus posiciones. Sorprende, sobre todo, que las carteras de Relaciones Exteriores y de Finanzas vayan a ser presuntamente asignados al SPD. Hasta ahora, ambos ministerios han estado siempre en manos de partidos diferentes.

La incertidumbre de la consulta a los miembros del SPD se mantiene. Pero también será interesante ver lo que ocurre en el bando de la CDU, porque el éxito negociador de unos implica que los otros cedan. Angela Merkel, jefa de la CDU, habló el martes de "dolorosas concesiones” que fue necesario hacer. Los acuerdos permiten comprender a qué se refería. Merkel tendrá que explicarlo a sus bases y, aunque su partido no está en vísperas de un congreso o una consulta, en su interior no se acallan las murmuraciones sobre la jefa.

Con todo, es positivo que se haya dado un paso más hacia una nueva coalición. Entretanto, Alemania funciona ya demasiado tiempo -135 días- con un gobierno provisional que solo tiene un restringido margen de maniobra. Pero, pese a todo el alivio, los últimos obstáculos habrá que sortearlos en marzo. Ya es hora.