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PolíticaBrasil

Prensa en alemán: suspicacias por el viaje de Lula a China

14 de abril de 2023

Aunque la visita del presidente de Brasil a Pekín es vista como una actividad diplomática normal, la prensa alemana resalta el vínculo que parece unir a ambos países en una postura antiestadounidense.

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Lula y Xi Jinping pasan revista a las tropas en Pekín.
Lula llegó a China, donde fue recibido por Xi Jinping.Imagen: Kyodo/IMAGO

El viaje a China del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha concitado el interés de la prensa alemana, especialmente por las implicancias que tiene una reforzada relación entre la potencia sudamericana y el gigante asiático en medio de la crisis desatada por la guerra en Ucrania y, sobre todo, por los resquemores que genera Estados Unidos entre algunos sectores de la sociedad latinoamericana.

Al menos así lo estima Tobias Käufer, el corresponsal del periódico Die Welt en Río de Janeiro. En una columna titulada "Lula toma el dinero alemán y hace negocios con China”, el periodista afirma que "el giro a la izquierda en América Latina fue celebrado en Berlín y Bruselas y apoyado con millones de euros de dinero pagado por los contribuyentes. Sin embargo, Occidente subestimó el ánimo antiestadounidense y el euroescepticismo. El presidente de Brasil es, con su visita a China, el mejor ejemplo de ello”.

Christoph Gurk, corresponsal de Süddeutsche Zeitung (SZ) en Buenos Aires, considera que el viaje de Lula "es sobre negocios, materias primas y acabar con una era de hielo diplomática”, que comenzó con la llegada del ultraderechista Jair Bolsonaro al poder. Tras destacar que la prensa brasileña considera que este viaje será "probablemente el más importante del tercer mandato” de Lula, Gurk afirma que la visita tiene como principal objetivo reencantar a China, el socio comercial más relevante de Brasil.

El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Durante el mandato de Bolsonaro, la relación de Brasil con China se enfrió.Imagen: Roberto Schmidt/AFP/Getty Images

Con Bolsonaro el escenario estuvo difícil, e incluso durante su campaña el ultraderechista acusó que los chinos querían comprar todo el país. Luego, durante la pandemia, uno de sus ministros expresó su sospecha de que China había liberado el SARS-CoV-2 para dominar al planeta. Por eso Lula quiere reencauzar la relación, y llevó a Pekín y Shangái una delegación "que más parece una corte medieval”, según Gurk: cinco gobernadores, dos docenas de parlamentarios y 200 empresarios, entre otros.

Ucrania en la mesa

El mismo Gurk escribe en otra columna para SZ que, más allá de toda suspicacia, la visita de Lula es "de lo más normal” y que la estrecha relación Brasilia-Pekín "no significa que no haya espacio para otros países, como Alemania”. Por su parte, el corresponsal de Frankfurter Allgemeine Zeitung (faz) en Sao Paulo, Tjerk Brühwiller, también piensa que el principal objetivo de Lula es revitalizar los lazos diplomáticos y reforzar los económicos, pero destaca igualmente el interés por poner el tema de Ucrania sobre la mesa.

El trasfondo de esto sería la intención de Lula de obtener un rol importante en el escenario internacional. "De acuerdo con la tradición brasileña, Lula trata de adoptar una posición no alineada”, dice Brühwiller. El hecho de formar parte de los BRICS da a Brasil acceso directo a China y Rusia. Ya estuvo en Moscú un asesor de Lula y la próxima semana el canciller ruso, Serguei Lavrov, estará en Brasilia. El problema, dice el periodista, es que Lula dice lo que Xi Jinping quiere oír y esto le resta credibilidad.

"Cuando Lula asumió el cargo, en Europa muchos socialdemócratas e izquierdistas se emocionaron. Después de todo, según el Banco Mundial, en sus dos primeros mandatos redujo en más de la mitad la tasa de pobreza", explica Roland Peters, de ntv. Sin embargo, estima, esa emoción tardó poco en desvanecerse al ver a Lula "asumir una actitud lo más neutral posible sobre los principales temas geopolíticos de la actualidad”. Esa neutralidad, dice, conlleva "una cercanía con China y Rusia” y la idea de que los BRICS son un contrapeso a Estados Unidos. Como sea, analiza Peters, Lula busca posicionar a Brasil como una potencia regional que quiere construir su propio camino.

(ers)