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Primer duelo televisado por la presidencia de EE.UU.

Mirra Banchón1 de octubre de 2004

El debate de los contrincantes acapara la atención no sólo en Estados Unidos. El resultado de las elecciones parece depender de verbo y carisma, no de los argumentos de los rivales.

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George W. Bush y John F. Kerry: la retórica gana.Imagen: AP


El debate entre el demócrata John Kerry y el repúblicano George W. Bush puede decidir el derrotero de la democracia, no sólo norteamericana. A una hora en que Europa normalmente duerme, muchos siguen en suspenso el primero de tres "duelos televisados", como se llama textualmente en alemán al debate por la presidencia, provoca insomnios ante una certeza: en la madrugada del 1 de octubre, la mayor destreza verbal y carismática de uno de los dos contrincantes es la clave del triunfo.

La suerte no está echada

A pesar de que las últimas encuestas hablan de una delantera del líder del Partido Republicano, según diversos analistas la suerte aún no está echada. Aunque John Kerry tenga la fama de ser un orador más bien aburrido, en debates, supuestamente, es bastante ducho y posee de herramientas argumentativas de las que George W. Bush carece. Y ya que en este primer debate se trata de política exterior, se aconsejaba a Kerry aprovecharse del talón de Aquiles de Bush y desmarcarse absolutamente de la guerra contra Irak. Según el análisis del periodista norteamericano Seymour Hersh, mismo que publica el prestigioso semanario Die Zeit, en ello radica la fuerza del político demócrata: debe tomar una posición clara en contra la guerra de Bush, que cada vez pierde más popularidad. En las manos de Kerry está, según Seymour, el pasar un mensaje muy claro: "¿Quieres esta guerra? Vota por Bush. ¿No quieres esta guerra? Vota por mí".

Usa-Flagge mit Regentropfen
Imagen: AP

Un mundo mejor

USA Soldat und Irak Soldat verletzt
Imagen: AP

El mensaje de Bush, sin embargo, no pasa por la guerra contra Irak en concreto, sino por la seguridad global. Mientras que el presidente Bush proclama que el derrocamiento de Saddam Hussein ha hecho de Estados Unidos y el mundo un "lugar más seguro", Kerry asevera lo contrario. Ambos coinciden en jugar con el miedo anidado en la conciencia de la gente.

El papel de protector de la nación, que Bush después del 11-S prometió asumir "cueste lo que cueste", mucho ha costado efectivamente. La guerra, además de cientos de vidas norteamericanas -las que más cuentan para el caso de urnas electorales-, ha costado muchos miles de millones de dólares. Los datos, blandidos con la mente analítica y la calma de John Kerry, podrían ser un arma mortal contra el discurso populista y hueco de su contrincante.

O sea, los muchos puntos neurálgicos de Bush en cuanto a política internacional, podrían traducirse en muchas oportunidades para Kerry de atacar y dejar maltrecho a su rival, asegurando su propia supervivencia. Según el ex vicepresidente Al Gore, en el debate no se trata de convencer a la nación de quién es el mejor orador, sino de quién será el mejor presidente de los Estados Unidos. Para ello, debe atacar a su rival sin herir la susceptibilidad del votante aún indeciso.

No nos engañemos

No se trata tanto de contenidos concretos, pues, como es sabido, lo que hace que el votante decida entre ambos rivales no es, lamentablemente, la razón ni los mejores argumentos sino la retórica y la "actuación" en general. Hans Vorländer, politólogo de la Universidad Técnica de Dresde, resume así los factores del éxito del debate por la presidencia norteamericana: "El tono general debe ser optimista y el discurso debe contener un vocabulario cívico-religioso. En el debate por la presidencia hará más puntos el candidato que logre hacer la mejor adaptación del cuento de hadas norteamericano, el de la libertad y la posibilidades ilimitadas".

Rote Sonne mit Brücke in Iowa, USA
Imagen: AP