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Proceso tardío, pero bien recibido

Anna Peters / lab9 de abril de 2013

Casi 70 años después de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, sus antiguos guardias son investigados. El presidente del Consejo Central de los Judíos lo califica como un paso muy importante.

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Imagen: AP

“La justicia no tiene fecha de caducidad”, dice Dieter Graumann, presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania. Para él es una buena noticia que más de 68 años después del desmantelamiento del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau se comience a investigar a sus guardias, explicó Graumann en entrevista con DW.

La “Central de administración de justicia para el esclarecimiento de crímenes nacionalsocialistas” (“Zentrale Stelle der Landesjustizverwaltungen zur Aufklärung nationalsozialistischer Verbrechen”), en Ludwigsburg, Baden-Württemberg, quiere iniciar procedimientos contra 51 antiguos guardias de Auschwitz, según informaciones publicadas por el conglomerado de prensa WAZ. Según declaraciones del abogado fiscal y líder de la investigación Kurt Schrimm al periódico alemán “Berliner Zeitung”, las autoridades tienen a su disposición los nombres y lugares de residencia de los sospechosos: están repartidos por toda Alemania y sus edades sobrepasan los 90 años. Se les investiga por complicidad en asesinato.

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Dieter Graumann, Presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania.Imagen: picture-alliance/dpa

El portavoz de la Central de Ludwigsburg declaró en la radio alemana “Deutschlandfunk”, asimismo, que la cifra de sospechosos podría aumentar a entre 80 y 90, ya que se van a investigar también otros campos de concentración.

¿Por qué ahora?

El desencadenante de estas investigaciones fue el caso de John Demjanjuk. El procedimiento contra él fue un hecho histórico, puesto que el ucraniano fue el primer exguardia de campo de concentración que tuvo que responder ante un tribunal alemán. Demjanjuk fue reclutado por las SS, el cuerpo de élite del nacionalsocialismo. Su condena en 2011 sentó jurisprudencia.

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John Demjanjuk, el primer guardia de un campo de concentración condenado.Imagen: picture-alliance/dpa

La Central de Ludwigsburg se encuentra en la primera fase de las investigaciones, y de momento no es seguro que se vayan a emitir condenas en el futuro: “Debemos comprobar que estos hombres pueden ser acusados”, dice Schrimm. “Si ya declararon ante un tribunal y fueron puestos en libertad o condenados, no podemos proceder. Nadie debe responder ante la Justicia dos veces por la misma cosa”.

¿A contrarreloj?

Otro problema es la avanzada edad de los sospechosos. El presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania se imagina que a estas alturas no se les puede exigir una pena de cárcel a los presuntos cómplices. “Pero sí se les debe reclamar un proceso para sacar la verdad a la luz”, dice Dieter Graumann en entrevista con DW.

El jurista Mathias Schmoeckel, de la Universidad de Bonn, estima que las posibilidades de que los sospechosos vivan para ver el final de las investigaciones son escasas. ¿Tiene sentido realizar este tipo de procesos tantos años después de la liberación de Auschwitz? Graumann y Schoeckel coinciden en que sí: “Porque por una parte, el tribunal hace una labor de esclarecimiento”, afirma Schmoeckel con convicción, “y además, tendrá una función de catársis, ya que expondrá a la sociedad qué tipo de crímenes se cometieron.”

Kurt Schrimm Leiter Zentralen Stelle der Landesjustizbehörden zur Aufklärung nationalsozialistischer Verbrechen
Kurt Schrimm, abogado fiscal y líder de la investigación de la Central de Luisburgo.Imagen: picture-alliance/dpa

Según Graumann, el objetivo principal del proceso no es que los exguardias del campo de concentración reciban sus condenas, “sino conseguir justicia”. Y para ello, dice el Presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, todavía no es demasiado tarde.

Autora: Anna Peters / lab
Editora: Emilia Rojas Sasse