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Alemania a oscuras

Marko Langer (JOV/ ERS)19 de enero de 2015

Debido a amenazas contra el líder de Pegida, la policía de Dresde prohibió todo tipo de manifestaciones en la ciudad este lunes. Si bien el peligro se esquiva por un día, la democracia sale golpeada, opina Marko Langer.

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Imagen: picture-alliance/dpa/A. Burgi

Dieter Kroll, jefe de la policía de Dresde, dio este domingo una orden inusual: “Durante el 19 de enero de 2015 se suspende en la ciudad el derecho a manifestarse en grupo y en público”. Kroll justificación su prohibición afirmando que “existe un peligro inminente contra la integridad física de numerosas personas”.

Según informaciones de la policía alemana, “terroristas pretendían mezclarse entre los manifestantes de Pegida para asesinar a una o varias personas líderes de dicho grupo”.

Este domingo fue uno de esos días en los uno no quiere creer lo que dicen las noticias: Lutz Bachmann, el líder de Pegida con antecedentes penales. ¿una potencial víctima de terroristas islámicos? Y esto, ¿después de que los autodenominados “patriotas” - por lo demás, con ayuda de lo que ellos llaman “los medios mentirosos” - han logrado crear una atmósfera xenófoba y ensombrecer a Alemania?

Bachmann no sirve para convertirlo en mártir. Pero el peligro crece, según los observadores. Uno no se puede imaginar lo que pasaría en caso de un atentado contra Pegida.

¿Estamos seguros?

¿Qué pasará ahora con las próximas manifestaciones en Dresde, Leipzig y otras ciudades? ¿Se convertirán las carrozas del venidero carnaval en un riesgo? ¿No hubiera tenido que cancelarse, por seguridad, la masiva manifestación de solidaridad con Charlie Hebdo en París?

De ninguna manera. Así nos cueste aceptarlo: tenemos que soportar la amenaza terrorista. La prohibición del derecho a manifestarse públicamente, así sea por un día, es equiparable a una capitulación. La decisión del jefe de la policía de Dresde hubiera podido ser apelada ante una Corte que solo la hubiera ratificado si se hubieran presentado pruebas concretas. Pero nadie lo intentó. Pero ¿qué interés podía tener Pegida en impugnar la prohibición?

El brazo parlamentario

Marko Langer
Marko LangerImagen: Sarah Ehrlenbruch

La consecuencia: ahora habrá mucha más gente que se deje conquistar por las ilusas ideas de Pegida. “La islamización de Occidente empezó hace rato”, afirma también Alexander Gauland, del partido AfD y líder del brazo parlamentario de los autodenominados patriotas. Otro “cazador de ilusos”.

Aunque sea cierto que las autoridades de Sajonia hayan evitado daños este lunes, los cacofónicos gruñidos de peligro, salafistas, islámicos, células terroristas y otros riesgos han oscurecido a Alemania desde este fin de semana.

¿Quién prende la luz?

El que hoy en Alemania no haya nadie que esclarezca y ni siquiera las palabras de la canciller tengan un efecto positivo, dice mucho de la democracia en Alemania, setenta años después de la II Guerra Mundial. Con o sin amenaza islámica.

“Los culpables del daño no son solo aquellos que lo cometen, sino también aquellos que no lo impiden”, escribió alguna vez Erich Kästner, quien concluyó igualmente que “El pasado debe hablar y nosotros tenemos que escucharlo. Antes nadie podrá tener paz”. Así es.