¿Puede controlarse la pedofilia?

En Alemania cerca de 20.000 menores son víctimas de abusos sexuales cada año, según las cifras oficiales. Los especialistas estiman que en la realidad las cifras son entre 15 y 20 veces mayores. Lo mismo que en el caso de las víctimas, se desconoce a ciencia cierta el número de pedófilos.

En el hospital Berliner Charité, en la capital alemana, se parte de que el número podría ascender hasta a un uno por ciento de la población total, lo que equivaldría a unos 800.000 pederastas tan sólo en territorio germano.

La cifra de pederastas resulta en este caso igual de alta que la de personas que sufren esquizofrenia. Pero mientras que los esquizofrénicos, que no representan un peligro público, quedan bajo vigilancia en cuanto se diagnostica la enfermedad, para los pedófilos, que sí representan un peligro potencial de gran envergadura, no existen ofertas de terapia.

Discreción absoluta

El proyecto iniciado por el Berliner Charité no busca en primera línea proteger a los pederastas, sino a sus potenciales víctimas. La iniciativa se dirige a todas aquellos hombres con fantasías sexuales en las que intervienen menores y que no estén registrados en actas policiales. La terapia es gratuita y se garantiza discreción absoluta a los que quieran cooperar en el proyecto.

Las tendencias pedófilas se manifiestan ya a muy temprana edad. No se sabe por qué se desarrollan, pero se sabe que no se pueden modificar, lo mismo que el amor por una persona del mismo o del otro sexo, según explica el profesor Hartmut Bosinksi, director de la Oficina de Asesoría Sexual de la Clínica Universitaria de Kiel, uno de los miembros del proyecto iniciado por el Charité.

Gran demanda

Los encargados del proyecto, que durará tres años, parten de que se puede enseñar a los pederastas a controlar sus emociones de tal forma que no causen daño a nadie. La terapia prevé un tratamiento combinado tanto de apoyo psicoterapéutico como medicamentoso. En la primera fase los pacientes aprenden a aceptar sus sentimientos y en la segunda a mantenerlos bajo control.

El proyecto acaba de comenzar y ya se han apuntado 50 hombres, no sólo de Alemania, sino también de Austria y Suiza. El doctor Christoph Joseph Ahlers, médico del Berliner Charité, explica que la buena acogida no resulta sorprendente puesto que los pedófilos quieren ayuda, pero no suelen encontrarla.