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Catástrofes

Puerto Rico lucha por recuperarse de la devastación de María

Enrique Anarte
24 de septiembre de 2017

Los puertorriqueños hacen grandes esfuerzos para salir de la que ha sido, en palabras de su gobernador, "la mayor catástrofe de Puerto Rico en su historia contemporánea”. Un balance.

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Imagen: Reuters/C. Garcia Rawlins

El huracán María descargó toda su crueldad sobre la isla: si el ciclón George de 1998 tuvo un impacto que se estima entre los 7.000 y los 10.000 millones de dólares, para el caso de María "se puede pensar en números mucho más elevados que esos”, según el mandatario del territorio con estatus de autogobierno, Ricardo Rosselló.

El panorama tras el paso el miércoles (20.09.2017) del ciclón María es desolador. No hay electricidad en toda la isla y un 80% de su superficie carece de agua corriente. Ocho municipios han quedado incomunicados. Las telecomunicaciones también se han visto gravemente afectadas, su infraestructura solo funciona en un 25%, de acuerdo con el gobernador, lo cual dificulta de sobremanera cualquier intento de reconstrucción, reparación o ayuda, así como la comunicación cotidiana de los puertorriqueños. En un país donde casi la mitad de la población vive en situación de pobreza, miles de familias lo han perdido todo. Se han producido saqueos de tiendas, entre ellas gasolineras, en diferentes puntos de la isla. La senda de María ha sembrado el caos, ello a pesar a los intentos de las instituciones de mantener el orden.

Además, nueve personas perdieron la vida cuando el huracán golpeó Puerto Rico, si bien se trata únicamente de una cifra provisional, y alrededor de 15.000 refugiados. El jefe del Ejecutivo puertorriqueño dijo el domingo (24.09.2017) en una rueda de prensa que María había provocado "daños sin precedentes”. Asimismo, anunció que los municipios aislados recibirán la ayuda de brigadas por aire o tierra, en un intento de restablecer el contacto con ellos.

Por si fuera poco, la gestión de la caótica situación de la isla está chocando con un obstáculo tras otro. A las dificultades de comunicación por vía telefónica y la práctica ausencia de energía eléctrica se suman multitud de limitaciones para el transporte terrestres, con las carreteras en mal estado y cortadas por la caída de árboles, y la falta de combustible.

En este contexto, el estado de los hospitales es una de las principales preocupaciones. En un intento de economizar la poca energía eléctrica disponible, se van a desalojar los que no puedan funcionar, dando prioridad a los más grandes, céntricos y con mayor oferta de servicios.

Sin embargo, la alerta máxima se ha decretado por el embalse del lago Guajataca. El estado de la infraestructura es precario y las autoridades han advertido de que la presión del agua está en peligro de hacer reventar el embalse. Es por ello que el viernes (22.09.2017) se inició la evacuación de 70.000 personas que residían en u zona de influencia.

La isla confía en los apoyos externos

Puerto Rico mira con ansiedad al extranjero en busca de apoyos. Se espera que la ayuda exterior ayude a aliviar la coyuntura y a empezar a solucionar la constelación de problemas que aquejan a la isla. Washington ya ha adelantado dos millones de dólares para las zonas más afectadas por el huracán, que se concentran en el área oeste, y ha entregado un millón de litros de agua, una treintena de generadores eléctricos y catres para refugiados. Asimismo, las autoridades puertorriqueñas anunciaron que la ayuda también llegará desde España, República Dominicana y Panamá.

Mientras tanto, la isla espera que se confirme la fecha de la visita del presidente estadounidense, Donald Trump. Dicho viaje se anunció tras el paso del huracán Irma, que alcanzó Puerto Rico el 6 de septiembre y dejó más de 80 muertos en el Caribe y Florida. Dicha confirmación estaba prevista para el pasado viernes, pero finalmente las dificultades de comunicación y el estado de las infraestructuras retrasaron su llegada.

Por ahora cientos de oficiales estadounidenses han llegado a la isla y están en marcha campañas de ayuda como la puesta en marcha por el gobernador de nueva York, Andrew Cuorno. La cantante Jennifer López, de origen puertorriqueño, participó el domingo en un acto de solidaridad junto con Cuorno en el que este insistió en la responsabilidad del Gobierno federal  de prestar asistencia urgente a los puertorriqueños. Está por ver cuándo y en qué forma llegará dicha ayuda. 

Enrique Anarte (Agencias/jov)