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¿Qué entiende Mursi por "diálogo"?

Matthias Sailer/ VC7 de diciembre de 2012

El discurso de Mursi ha decepcionado a la oposición. Después de la violencia en contra de manifestantes frente al palacio presidencial, su oferta se ha vuelto inaceptable para muchos. La reacción: más protestas.

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El discurso de Mursi ha decepcionado a la oposición.
El discurso de Mursi ha decepcionado a la oposición.Imagen: picture-alliance/dpa

Desde hace más de una semana, centenares de miles de egipcios salen a manifestarse a las calles oponiéndose a la nueva Constitución, así como al decreto del Presidente Mohammed Mursi. En la noche del jueves pasado (6.12.2012), el Presidente finalmente dirigió la palabra a sus compatriotas. Pero sus concesiones se han quedado muy lejos de las expectativas de los manifestantes. Poco tiempo después de haber pronunciado su discurso en televisión, se volvieron a escuchar voces frente al palacio presidencial coreando “¡lárgate, lárgate!”, y algunos hasta le gritaban “¡asesino, asesino!”.

Mursi explicó que el ataque brutal a un campamento de protesta pacífica, el miércoles pasado, había sido una “conspiración”, alegando que fuerzas extranjeras y partes de la oposición política habían incurrido en la violencia. Se trata de un argumento que Mubarak y el consejo militar ya habían usado incontables veces antes para ocultar la violencia propia. No obstante, varios testigos, material videográfico y otros indicios señalan que los Hermanos Musulmanes iniciaron el ataque. Cuando la situación escaló, ambos bandos hicieron uso masivo de la violencia.

Una invitación al diálogo

Mursi advirtió con insistencia a los manifestantes que la protesta pacífica solo está permitida si no causa daños a la economía, perjudica el tráfico o amenaza a la propiedad, añadiendo que, en caso de transgresiones, adoptará medidas rigurosas. El manifestante Karim El-Behairy no está de acuerdo, y dice: “Tenemos que ponerle fin a su Presidencia. Si no logramos acabar con su régimen, será el fin de todos nosotros.” El joven no quiere que Egipto se convierta en un segundo Irán.

En su discurso, Mursi invitó a todos los partidos políticos al diálogo en el palacio presidencial el próximo sábado en la tarde. Sin embargo, insistirá en la consulta constitucional, así como en el decreto presidencial que le confiere poderes casi absolutos. Solo se mostró dispuesto a dialogar con respecto a un artículo del decreto, que le hubiera permitido, sin consulta previa, “hacer uso de las medidas necesarias para proteger la revolución, la unidad y la seguridad nacional.”

Protestas contra el presidente egipcio, Mohamed Mursi, frente al palacio presidencial en El Cairo. (6.12.2012)
Protestas contra el presidente egipcio, Mohamed Mursi, frente al palacio presidencial en El Cairo. (6.12.2012)Imagen: Gianluigi Guercia/AFP/Getty Images

En los últimos días, la oposición había anunciado que solo estaría dispuesta a negociar con Mursi, si éste revocaba el decreto. Pero después de la violencia del miércoles pasado, Karim El-Beheiry ya no cree que vaya a ser suficiente: “antes de estos sucesos aún hubiéramos podido llegar a un acuerdo, pero ahora ya no. Mursi ya no tienen derechos. No hay razón para que se quede.”

Karim El-Beheiry protesta en contra del Presidente egipcio.
Karim El-Beheiry protesta en contra del Presidente egipcio.Imagen: Matthias Sailer

Dimisiones presionan a Mursi

Con la invitación al diálogo, el Presidente egipcio solo parece querer ganar más tiempo: si la situación sigue escalando, incluso la consulta constitucional, que tendrá lugar la próxima semana, podría correr peligro. Varios partidos y grupos han anunciados protestas masivas para el día de hoy (7.12.2012). También el excandidato a la Presidencia, Abdel Moneim Abul Fotouh, ejerce presión sobre Mursi, responsabilizándolo de la violencia frente al palacio presidencial y demandando la revocación del decreto.

Una ola de dimisiones en sus propias filas como la de Rafiq Habib, presidente interino del Partido Libertad y Justicia de los Hermanos Musulmanes, ha aumentado la presión sobre el Presidente. Habib es cristiano y fue un importante ayudante de Mursi. Además, varios de sus asesores han presentado su dimisión. Asimismo, el presidente de la radio estatal, Essam El-Amir, renunció a su cargo. Si el diálogo con la oposición llegara a fallar, también el vicepresidente de Mursi y Ministro de Justicia, Ahmed Mekki, podría considerar su dimisión.

Autor: Matthias Sailer/ VC

Editora: Cristina Papaleo