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¿Qué fue de la revolución egipcia?

Nina Niebergall (JAG/PK)11 de febrero de 2016

Hace cinco años, los activistas egipcios celebraron la dimisión de Hosni Mubarak el 11 de febrero de 2011. Cinco años después, la politóloga Cilja Harders explica qué ha sido de la revolución.

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Ägypten Tahrir-Platz am 5. Jahrestag der Revolution
Imagen: Reuters/M. Abd El Ghany

DW: Decenas de miles de críticos con el régimen egipcio están actualmente en prisión. Muchos activistas murieron. ¿Existe aún esa sociedad civil que provocó los levantamientos?

Cilja Harders: Mucha gente cambió con esta experiencia revolucionaria. Se impulsó mucho activismo a nivel más local, que es el que sigue existiendo. Hay actores políticos de la oposición, de los islamistas y otras iniciativas que se han despolitizado un poco. Sin embargo, hay jóvenes que no se dejan quitar los espacios de libertad que conquistaron.

¿Cómo eran las personas que se manifestaron en la plaza Tahrir contra Mubarak?

En enero y febrero de 2011 había una gran masa en la plaza Tahrir. Las protestas estaban organizadas por jóvenes, pero también por sindicatos, aficionados al futbol y, en algún momento, por los Hermanos Musulmanes y gente de la calle, que veían que no estaban solos con sus problemas y se manifestaron por “libertad, pan, dignidad y justicia social”.

Ägypten Sicherheitsmaßnahmen am 5. Jahrestag der Revolution
Medidas de seguridad en Egipto en el 5° aniversario de la revolución.Imagen: Reuters/A. A, Dalsh

¿Cómo surgió esa motivación política?

En las protestas se trataba, y todavía se trata, de recuperar el terreno de la política como un espacio de negociación pacífica de proyectos sociales. Es decir, salir del entumecimiento político y la corrupción para poder configurar la vida libremente y poder criticar al poder.

¿Y qué queda ahora de estos ideales?

Las protestas árabes contribuyeron mucho a cambiar la conciencia política. Sin embargo, en cuanto a libertades y pluralidad se ha llegado a lo contrario. En Egipto tenemos un dictador militar en el Gobierno que sigue endureciendo la represión. Eso deriva en inseguridad y miedo. El precio que los egipcios pagan por aspirar a tener cierta estabilidad es demasiado alto. Por eso, no creo que la violencia del Gobierno pueda acabar con las aspiraciones y esperanzas de los que entonces salieron a la calle.

Organizaciones de derechos humanos hablan de una nueva dimensión de la represión. ¿Es Abdelfatah Al-Sisi peor que Mubarak?

Sí, porque bajo el régimen de Mubarak por lo menos se conocían las reglas escritas y no escritas. Ahora, la represión es bastante genérica y difícil de calcular.

En noviembre, el médico que atendía a los manifestantes en la plaza Tahrir en 2001 fue detenido y está en una prisión de alta seguridad. ¿Por qué se siente amenazado el Gobierno por gente como él?

No hay causas racionales. En parte, las detenciones son símbolo del poder del aparato de seguridad. Así puede ejercer la venganza que prometió en 2011. Además, la judicatura está al servicio de una élite comprometida con la llamada lucha contra el terrorismo. Así que todos los críticos son terroristas.

Si empeora la situación económica y no cambia la situación política. ¿Habrá otra revolución en Egipto?

Las revoluciones son impredecibles. Lo que se puede pronosticar es que continuará la violencia del Estado contra el ciudadano. Pero habrá espacios que volverán a florecer y expandirse, y eso podría derivar en nuevos movimientos democráticos. Pero también en que se siga tolerando la represión del régimen por miedo a que cualquier cambio sea peor.

Cilja Harders es profesora de la universidad Libre de Berlín y especialista en Política de Oriente Próximo y en los procesos democráticos de la región.