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Sociedad

¿Qué significa para el #MeToo la sentencia contra Weinstein?

Scott Roxborough
11 de marzo de 2020

Un hombre abatido, pero que aún cree en su inocencia. Así hemos visto al productor de Hollywood Harvey Weinstein durante el juicio en su contra. ¿Cambiarán las cosas en la industria del espectáculo tras este proceso?

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Imagen: Getty Images/AFP/E. Munoz Alvarez

El juicio contra Harvey Weinstein dejó dos imágenes elocuentes, pero aparentemente contrapuestas. La primera fue la de Weinstein y su andador. El productor de 67 años  apareció en televisión arrastrándose hasta la corte, necesitando ayuda para caminar.  El otrora todopoderoso magnate cinematográfico, que produjo películas como "Pulp Fiction" y "Shakespeare in Love", roto y desesperanzado. La otra imagen se produjo el pasado 24 de febrero de 2020, cuando el jurado de Manhattan lo declaró culpable de agresión sexual en primer grado y violación en tercer grado, dos delitos por los que este miércoles (11.03.2020) recibió una condena de 23 años de prisión. Cuando el jurado leyó su veredicto, Weinstein se giró hacia sus muy bien remunerados abogados con un gesto de incredulidad y sorpresa para decirles: "Pero yo soy inocente, soy inocente”.

La primera imagen es la de un monstruo caído en desgracia. Las historias de los delitos sexuales de Weinstein han impulsado el movimiento global #MeToo, con testimonios de unas 80 mujeres contra el productor, incluyendo celebridades como Salma Hayek, Rose McGowan, Gwyneth Paltrow y Ashley Judd.  El veredicto de culpabilidad de Weinstein y la imagen débil y abatida de un hombre que aterrorizó a tantas mujeres han supuesto un punto de inflexión. Si un hombre con el poder de Weinstein puede ser juzgado, es que nadie es capaz de escapar de la Justicia. 

La segunda imagen nos narra una historia diferente. Después de todas las evidencias contra él, de todos los testimonios de mujeres relatando patrones de conducta sorprendentemente similares, con atractivas asistentes personales y "encuentros” en hoteles con aspirantes a actrices que acababan en agresiones, así como promesas de papeles en películas a cambio de favores sexuales y amenazas de destruir carreras si las mujeres lo denunciaban, Weinstein todavía asumió que podía salir impune. Más aún, estaba convencido de ser inocente y de no haber hecho nada malo. 

Scott Roxborough
Scott Roxborough Imagen: Privat

Tras conocer su sentencia, la gran cuestión es saber qué imagen y qué versión de la historia de Weinstein se impondrá. ¿Se producirán cambios estructurales en la industria del espectáculo? ¿Pasarán a formar parte del pasado los "casting de sofá”? ¿O los hombres como Weinstein seguirán reivindicando su inocencia después de que haya cesado el escándalo alrededor del caso y volverán al negocio de la manera habitual?

Para Weinstein, no hay vuelta atrás. Su nombre estará para siempre asociado con el abuso sexual. Y sus procesos legales solo acaban de empezar. Fiscales de Los Ángeles ya han presentado otros cargos contra Weinstein por dos supuestas agresiones sexuales durante durante dos días en 2013. Son cargos que conllevan una potencial sentencia de hasta 28 años de prisión. Además, Weinstein se enfrenta a otra serie de delitos y a una demanda mayor que incluye a cien mujeres. Todo apunta a que el productor pasará el resto de su vida en los tribunales o en prisión.

Lo que no se sabe es si el caso Weinstein tendrá repercusiones mayores en la industria del entretenimiento y en otros sectores. Las primeras señales apuntan a que habrá un ajuste de cuentas. Weinstein no es el único productor poderoso de Hollywood caído en la revolución del #MeToo. Otros hombres intocables han visto cómo se arruinaban sus carreras, incluyendo a Kevin Tsujihara, antiguo CEO de Warner Bros, Roy Price,antiguo director de Amazon Studios, John Lasseter, exjefe de Pixar, Leslie Moonves, exgerente de CBS y Brett Ratner, megaproductor que hizo películas como "X-Men” y "The Revenant”.

De los siete estudios cinematográficos más grandes, solo dos -Universal y Amazon- están dirigidos por mujeres y, en realidad, Jennifer Salke, de Amazon Studios, está subordinada a Jeff Bezos, director general de Amazon. Se han escuchado muchas palabras bonitas sobre una "cultura del cambio” y "fin de los abusos sistemáticos”. Pero en Hollywood aún subyace la idea de que los hombres con dinero y poder de Hollywood pueden hacer lo que quieran con las mujeres. La sentencia contra Weinstein no cambiará esta situación. El cambio solo llegará si las mujeres, siguiendo el ejemplo de las dos que llevaron a juicio a Weinstein, continúan rebelándose, alzando su voz y diciendo #MeToo.

(ms/cp)

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