¿Qué ver en la Berlinale?
7 de febrero de 2012Determinar el tema central en un festival tan grande como la Berlinale parece tener poco sentido. En los “estallidos y cambios sociales” se centrará el de este año, en su edición 62ª. Al menos así lo formuló el director del Festival Internacional de Cine de Berlín, Dieter Kosslick.
Pero éste habría podido ser también el tema de citas anteriores. Entre unos 400 estrenos y contando además las rupturas personales como parte de esta tendencia, habrá siempre varias docenas que se ajusten al tópico.
Sin grandes directores, oportunidad y riesgo
Más importante que un tema central, para un festival de renombre, es la calidad de la obra cinematográfica que exhibe. Pero ésa sólo se puede juzgar tras haber visto las cintas. En los últimos años, Kosslick y su equipo han sido señalados por los críticos por la deficiente calidad de muchas de las películas en competencia. Así que también este año hay expectación sobre el curso que tomará la entrega de los Osos de Oro.
Hay pocos nombres conocidos o maestros de la dirección entre las películas anunciadas. A juzgar por ellos, el festival de Cannes sigue llevando la delantera a la Berlinale. También el cine de Hollywood se ha convertido en una rareza en los últimos años en la Berlinale. Los organizadores del festival a orillas del Spree no ponen demasiado empeño en impulsar la participación de grandes producciones estadounidenses, innecesaria y quizás hasta molesta para la promoción del evento berlinés.
Pero nada de estos tiene necesariamente que ser impedimento para que la 62ª. Berlinale, que se extiende desde el próximo 9 hasta el 19 de febrero en Berlín, sea todo un éxito. Debutantes, directores desconocidos, países con poca o una tradición de cine hasta ahora ignorada en los grandes circuitos pueden representar también una oportunidad. Todo está en que las películas sean buenas.
Alemanes al ruedo
La sede central del festival, el Berlinale Palast, mostará este año 23 filmes, cinco de ellos fuera de competencia por los Osos de Oro y de Plata. El cine alemán está fuertemente representado. Directores de renombre de una generación intermedia como Hans-Christian Schmid, Matthias Glasner y Christian Petzold han enviado sus más recientes trabajos al ruedo. Se trata de tres historias sobre conflictos privados, familia, relaciones afectivas.
Además, el programa incluye varias coproducciones internacionales con financiamiento germano. Ésta es una tendencia que viene de la edición anterior: la globalización obliga al trabajo cooperativo de productores de diversos países. El concepto de una cinematografía nacional comienza a diluirse.
Europa, Asia y hasta una cinta africana
El cine europeo está bien representado en la competencia de 2012, con cintas de Francia, Italia, Portugal, España, Dinamarca, Grecia y Hungría. Los intentos de la Berlinale por convertirse en una vidriera para el cine de Europa del este, sin embargo, continúan sin rendir grandes frutos en los últimos años. De Rusia, por ejemplo, no hay filme alguno en competencia. La carrera por los osos de la Berlinale se inaugura con el estreno de la cinta francesa “Les Adieux à la reine”, que recrea la vida durante la Revolución de 1789.
China, por su parte, está representada con tres obras. Y dos de ellas generan grandes expectativas. Una es “White Deer Plain”, un filme histórico de tres horas que registra 1.000 años de historia china, dirigido Wang Quan’an, quien ya ganó un Oso de Oro hace cinco años.
La otra cinta china, “The Flowers of War”, del director Zhang Yimou, se refiere a la masacre cometida en Nanking en 1937 por el Ejército Imperial Japonés. Ésta, producida con capital estadounidense y fuera de competencia en la Berlinale, ya fue exhibida en China y ha sido catalogada por la prensa occidental como extremadamente nacionalista. Obras de Filipinas e indonesia completan el pequeño panorama asiático. El continente “ausente” de la industria del cine aporta una obra de Senegal.
Estados Unidos está sólo representado con un título. El director y actor Billy Bob Thornton cuenta en “Jaynes Mansfield’s Car” un drama familiar en el EE.UU. de finales de los años 60. Y hasta producciones de Hollywood tendrá la Berlinale, después de todo, en las presentaciones especiales, fuera de competición. Estrellas como el joven Robert Pattinson, Christian Bale, Uma thurman, Michael Fassbender y Keanu Reeves pisarán también la alfombra roja de Berlín. Además, por supuesto, estará Angelina Jolie, quien presenta su ópera prima como directora: el drama de Bosnia, sin final feliz a lo Hollywood, “In the Land of Blood and Honey”.
Pero las estrellas hollywoodenses quedarán probablemente a la sombra del actor indio Shah Rukh Khan. El preferido de las damas, que viaja por tercera vez a la Berlinale, seguramente volverá a desatar euforia.
Cine político
Pero la Berlinale no sólo se ha convertido en uno de los festivales de cine más importantes del mundo por sus osos. Las secciones “Forum” y “Panorama” generan siempre grandes expectativas. En ellas se muestran películas de naciones y realizadores desconocidos por el público presente, innovaciones formales, documentales y, sobre todo, cine político. A ello se suman infinidad de otras pequeñas secciones y homenajes.
Es difícil mantener una visión de conjunto e incluso algunos han criticado al festival por su excesiva oferta. Pero su director, Dieter Kosslick, señala con razón hacia la demanda del público: Si la mayoría de las entradas están agotadas, el concepto no puede estar tan errado. Más de 300.000 expectadores irrumpieron en las salas de la Berlinale el pasado año. Y este año seguramente no será distinto.
Autor: Jochen Kürten / RML
Editora: Emilia Rojas-Sasse