¿Quién es Jürgen Klinsmann?
21 de marzo de 2006
Klinsmann sólo conoce una meta: ganar el Mundial 2006 en Alemania. Para ello, el afamado ex atacante, con residencia en California, transita nuevos caminos.
«Mi objetivo es ser campeón del mundo». Así de simple. Eso era lo que los aficionados querían escuchar en julio del 2004. Con esas palabras asumió Jürgen Klinsmann sus tareas como entrenador de la selección nacional. Y a las palabras pronto siguieron los hechos.
Primero con convincentes partidos amistosos, luego con una refrescante Copa Confederaciones. Y a fines de 2005, con un respetable empate en Francia, que alimentó las esperanzas de los hinchas alemanes para el Mundial. Pero después vino el partido perdido por 4 a 1 contra Italia: una vergüenza, según los aficionados y la prensa. Ahora, Klinsmann tiene sólo dos posibilidades: ganar o ganar.
Una carrera meteórica
Jürgen Klinsmann nació el 30 de julio de 1964 en Göppingen, Estado de Baden-Wurttemberg, en el sur de Alemania. Comenzó jugando para el club local TB Gingen. Luego pasó al Stuttgarter Kickers, de segunda división y más tarde al VfB Stuttgart, de primera.
En su época activa, Klinsmann no conoció otra ley que la ofensiva, jugando siempre con el balón en profundidad.
Carrera internacional hizo en el Inter de Milano, el AS Mónaco, el Tottenham Hotspur, el FC Bayern Múnich y el Sampdoria Génova.
Fue campeón mundial en 1990, campeón europeo en 1996, campeón de la Copa UEFA en 1991 y 1996, medalla de bronce en los JJOO de 1988, campeón alemán con el Bayern Múnich en 1997, futbolista del año en Alemania en 1988 y en 1994 en Inglaterra, goleador máximo en la Bundesliga en 1988 y jugó 108 partidos internacionales, convirtiendo en ellos 47 goles. En la Bundesliga participó en 221 partidos y convirtió 110 goles.
Compromiso social
También en el ámbito personal Klinsmann persigue tenazmente sus metas. Ha apoyado a Greenpeace, discutió con presos y aprovechó su actividad profesional para aprender idiomas y conocer otras culturas.
Fuera del terreno de juego, quien era un jugador extremamente emocional triunfó como hombre de negocios. Negociaba sus propios contratos, no se dejó manejar por nadie y terminó su carrera cuando quiso.
El alemán eterno ganador se casó con la norteamericana Debbie, con quien tiene dos hijos (Jonathan y Laila), y se fue a vivir a Los Ángeles. Allí se dedicó al marketing futbolístico y creó una fundación de ayuda a niños. Ahora el ex delantero vuelve a atacar, apostando por el riesgo y el fútbol ofensivo.
Lograr una hazaña
Su cargo no es nada fácil. La presión sobre la selección durante un Mundial en el propio país es enorme. Pero ello Klinsmann lo transforma positivamente. El equipo «debe estar convencido de que es capaz de lograr una hazaña», dice.
El entrenador terminó con estructuras osificadas en el entorno del seleccionado y contrató a nuevos preparadores físicos y mentales. El sistema de juego pasó a ser más ofensivo, ágil y veloz. Klinsmann quiere «dictar el ritmo del partido en la cancha». El problema es que a veces se lo dictan los contrarios.
En su labor lo respaldan a Klinsmann su ex compañero de ataque en la selección Oliver Bierhoff, como manager, y Joachim Löw, como entrenador asistente.