¿Quién le teme a la diversidad cultural?
16 de junio de 2008Los extranjeros que viven en Alemania impulsan fuertemente la economía de las grandes ciudades y potencian el crecimiento y la productividad del país. Así se constató en estudios realizador por el Instituto de Economía Mundial (HWWI) de Hamburgo.
Pero los impulsos aumentan, cuando los inmigrantes se nacionalizan alemanes. Las nacionalizaciones tienen positivos efectos para el empleo, el ingreso y por ende para la economía en general, se concluye en los estudios basados en análisis al azar de un grupo de 60.000 personas, de las cuales el 16 por ciento adoptaron la nacionalidad alemana entre 1975 y el 2001.
La explicación, no por sencilla, deja de ser relevante: con el pasaporte alemán se eliminan muchas barreras funcionales y legales para acceder a empleos, sobre todo a los mejor remunerados.
Los sueldos de los trabajadores nacionalizados aumentaron en el periodo indicado más rápidamente que los de los extranjeros sin pasaporte alemán. Y ello, nota bene, dado un mismo nivel educativo, la misma experiencia profesional y un empleo de los encuestados en el mismo sector económico.
El acceso ilimitado de las personas nacionalizadas al mercado laboral posibilita un mejor aprovechamiento de sus posibilidades y reduce los costos de integración. En otras palabras: los nacionalizados se integran solos a la sociedad.
La nacionalización fomenta, ya a partir de la decisión de solicitar la ciudadanía alemana, las inversiones en capital humano, es decir, en la propia educación, capacitación y perfeccionamiento profesional, lo que a su vez redunda en una mayor productividad, derivada de un mejor manejo del idioma alemán y la adquisición de conocimientos más profundos sobre el país y su gente. Quien tiene el pasaporte alemán, tiende más a sentir y actuar como un alemán.
Las dimensiones de la diversidad
En otro estudio, basado en 60 entrevistas en profundidad, se analizó qué dimensiones concretas de la diversidad cultural son importantes y cómo son percibidas por los afectados.
Las entrevistas demostraron que la importancia de la diversidad cultural continuará en ascenso en el futuro próximo. La inclusión de personas con trasfondo migratorio en la administración pública, el sector educativo, el de la salud y el transporte público, muchos servicios pueden ser suministrados mucho más orientados hacia el usuario.
De las cinco mayores ciudades alemanes, Múnich, Stuttgart y Fráncfort se encuentran a la cabeza en lo que a diversidad cultural se refiere, mientras que Berlín y Hamburgo quedan muy atrás. No obstante, básicamente, todas las grandes ciudades alemanas tienen un déficit a ese respecto, se constata en los estudios.
Multiculturalidad, demografía y futuro
Para realizar las comparaciones entre ciudades, no se analizó sólo la proporción de extranjeros en la población total y su actividad laboral, sino también la diversidad de naciones representadas en la ciudad.
En ese plano fueron detectadas grandes enormes diferencias. La proporción de extranjeros en el total de trabajadores de Stuttgart alcanza por ejemplo al 16,9 por ciento, mientras que en Berlín, una ciudad mucho más grande, sólo es del 7,9 por ciento.
En Europa, la multiculturalidad es considerada con frecuencia como algo negativo. Aprovechar la diversidad cultural para lograr un mayor desarrollo económico es una de las principales tareas del futuro, advierte el HWWI. En Alemania, ello puede adquirir doble importancia, en tanto el país tiene un grave problema demográfico y una población cada vez mayor en promedio.