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¿Quién le tiene miedo a China?

Eva Usi 22 de diciembre de 2005

China dio un gran salto económico al hacer una histórica corrección en sus estadísticas que la colocan en el cuarto lugar a nivel mundial, tras EEUU, Japón y Alemania. Pekín asegura que crecerá sin amenazar a nadie.

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Vista panorámica de Shangai: una potencia en desarrollo.Imagen: dpa


Según las nuevas estadísticas, al concluir el 2005 China se habrá convertido en la cuarta potencia económica superando a Francia, Gran Bretaña e Italia. El Producto Interno Bruto, PIB, en el 2004 fue de 15,99 billones de yuans (1,93 billones de dólares estadounidenses), lo que significó un crecimiento del 16,8% de aumento con respecto 9,4% publicado inicialmente. Eso colocó a la potencia asiática en el sexto puesto a nivel mundial. Según estimaciones del ministro de comercio chino Bo Xilai, el crecimiento de la economía china será superior al 9% en el 2005, lo que le permitiría llegar a los talones de Alemania.

La vigorosa economía china está modificando, según expertos, el actual equilibrio económico mundial más rápidamente de lo esperado. Sin embargo la corrección al alza fue originada por un fortalecido sector de servicios (que además era mal calculado), no por el industrial, lo que hace relativo el poderío chino. Precisamente esto reduce el potencial de vulnerabilidad del país cuya industria muestra una combinación entre inversión excesiva y paraestatales en mal estado.

Alemania, potencia industrial

Transrapid in Schanghai Fotomontage
El tren de alta velocidad Transrapid, de tecnología alemana, en la ciudad de Shangai.Imagen: Transrapid international

El director de la Cámara Alemana de Comercio en China, Klaus Grimm, advierte en conversación con DW-WORLD que con una población de 1.400 millones de habitantes rápidamente se es un peso pesado a nivel mundial. "El poderío es relativo, dice Grimm, pues lo que aquí se mide es el Producto Social Bruto y no el ingreso per cápita y eso es decisivo. Con una población tan numerosa rápidamente se tiene una gran cifra, pero eso no significa que China sea un país desarrollado, para ello necesitará todavía entre 20 y 40 años, pero entonces el gigante habrá alcanzado el primer lugar a nivel mundial", señala.

Las expectativas de expertos en Alemania no superan el 1,4% de crecimiento para el 2006, cuando se espera una recuperación económica impulsada por el consumo interno, mismo que bajará nuevamente en el 2007 cuando entrará en vigor el aumento del IVA del 16 al 19%. La fortaleza de Alemania es su fuerte producción industrial orientada a la exportación.

Tiananmen Jahrestag Peking
Turistas tibetanos caminan en las calles de Pekín.Imagen: AP

Pekín intenta calmar temores

Ante el recelo que ha provocado las cifras sobre su crecimiento económico, la cúpula china presentó, según informan corresponsales, un "Libro Blanco sobre el Desarrollo Pacífico", con el que intenta calmar posibles temores en potencias como Japón, Estados Unidos y Europa. Un manifiesto gubernamental con el que Pekín se compromete a crecer sin amenazar a nadie y cooperando con el resto del mundo, en sintonía con el discurso de Deng Xiaoping cuando China ingresó a la ONU y prometió que no buscaría la hegemonía.

La publicación del documento coincide con las declaraciones del ministro del Exterior de Japón, Taro Aso, que calificó a China como amenaza para su país. El político japonés aludió al creciente gasto militar de su vecina que, además, es ya una potencia atómica. Inversionistas se muestran preocupados por los efectos que las tensiones entre ambas naciones puedan tener en el plano económico.

Derechos humanos

Soldat auf Tiananmen Platz in Peking
Soldado chino en la plaza de Tiananmen.Imagen: dpa

La población china goza de una vida más holgada y fácil. Las tiendas están bien surtidas con productos de todo el país y hay una abundante oferta de restaurantes. "Una gran mejoría en el transcurso de 25 años cuando los grandes despidos en empresas paraestatales obligaron a miles de trabajadores a dedicarse al sector de servicios entonces poco desarrollado", señala la agencia Xinhua.

El ascenso hacia la cúspide del poderío económico irá acompañado de presión política. Expertos señalan que si en el 2006 China acusa el mismo peso que Japón, tendrá más presión por parte de los países industrializados. Pekín tendrá que asumir que Occidente no tendrá tanta paciencia como antes, por ejemplo en cuestiones como derechos humanos. También desde el punto financiero habrá presión, con el riesgo de una sobrevaluación del yuan.