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¿Qué pasa en la industria armamentística alemana?

Sabine Kinkartz / jov19 de agosto de 2014

El material de guerra alemán es codiciado. Alemania envía armas a Israel, a pesar de sus ataques contra Gaza. Los kurdos piden, y necesitan, armas, pero Berlín no se las envía. El futuro del sector está en entredicho.

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Soldado con una ametralladora G3.
Soldado con una ametralladora G3.Imagen: picture-alliance/dpa

Cuando los sindicalistas quieren hablar con los políticos es, por lo general, para pedirles apoyo en su lucha contra los empresarios. Este 19 de agosto empero, los sindicatos hablarán, personalmente, con el ministro alemán de Economía, el socialdemócrata, Sigmar Gabriel, para intervenir a favor de sus empleadores, los fabricantes de armamento. Unas 98.000 personas trabajan directamente en las 40 fábricas de armas. A estas se suman unas 220.000 plazas de trabajo en distribución y servicios del sector.

Sigmar Gabriel, ministro alemán de Economía.
Sigmar Gabriel, ministro alemán de Economía.Imagen: picture-alliance/dpa

Gabriel es, desde hace casi un año, el encargado en Alemania de aprobar o desaprobar las exportaciones de armas. Una industria de la que no parece estar muy orgulloso dicho ministro. Solo a países fuera de la OTAN y la UE el anterior Gobierno de Merkel aprobó en 2013 exportaciones de armas por un monto de 3,6 mil millones de euros.

¿Arriesga Alemania perder un sector industrial?

Según las directrices vigentes desde el año 2000, Alemania no deberá enviar armas a países o regiones en conflicto. Una empresa que quiera vender armas a un país fuera de la UE o la OTAN tiene que solicitar un permiso. Pero desde que Gabriel asumió la cartera de economía son cada vez menos las aprobaciones de exportación de armas. Una práctica fuertemente criticada por el vocero de la fracción demócrata-cristiana en el Parlamento, Joachim Pfeffer, quien afirma que “Alemania arriesga perder credibilidad como socio comercial y hasta perder su posición como gran exportador de armas”.

Una postura que Gabriel no comparte porque “la exportación de armamento solo debe ser un instrumento de la política de seguridad y no una base de la economía”, como describe el ministro su idea, en la que, al mismo tiempo, destaca la importancia de la “innovación industrial a favor de la defensa de la seguridad nacional”.

Idea con futuro

¿Cómo innovar sino podemos exportar? Se pregunta entonces el sector. La realidad es que, a pesar de que Alemania es el tercer mayor exportador de armas, su aporte al PIB apenas se acerca al 1 por ciento.

Pero Sigmar Gabriel no quiere romper con el sector armamentístico alemán y después de la reunión de este martes 19 de agosto con los sindicatos, ha invitado a los empresarios fabricantes de armas a tratar el asunto el próximo 11 de septiembre.

Ideas con probable futuro no faltan: el jefe de la bancada democristiana en el Bundestag, Volker Kauder, propone, por su parte, “diseñar una política de defensa común en la Unión Europea y homologar las prácticas de exportación de armas”. Una propuesta que parece contar con el beneplácito del verde Cem Özdemir, de la oposición.