¿Qué quiere Israel en realidad?
6 de julio de 2010Dos pueblos con dos Estados en el Cercano Oriente. Ése es el objetivo de los acuerdos de paz de Oslo. Dichos acuerdos prevén la retirada de Israel de la Franja de Gaza y Cisjordania así como el derecho de los palestinos a vivir en esas zonas. También prevén el surgimiento de un Estado palestino que coexista en paz al lado de Israel. Sin embargo las posibilidades de que esto ocurra son cada vez más remotas. Mientras que el primer ministro Benjamín Netanjahu conjura la solución de dos Estados en sus discursos, al mismo tiempo promueve una situación en los territorios ocupados que impide dicha solución.
"La política de facto consiste en la construcción de asentamientos, no de un alto a la colonización de estos territorios. Por otra parte está la construcción de calles, que pavimenta la presencia de los asentamientos en Cisjordania", afirma la politóloga Helga Baumgarten, catedrática de la Universidad de Birzeit en Ramalá, que conoce de cerca la política expansionista israelí.
Territorios ocupados
La red de caminos en Cisjordania que conectan a los asentamientos con Israel es para uso exclusivo de los colonos israelíes. Los palestinos no pueden usarla. "Lo que los israelíes buscan es tener bajo su control Jerusalén y apropiarse en Cisjordania de la mayor extensión de tierra posible de manera que los palestinos se vean obligados a emigrar", señala Baumgarten.
En los territorios ocupados viven unos 500.000 colonos judíos. Sus ciudades, pueblos, Granjas y barrios seccionan Cisjordania de manera que resulta imposible la existencia de un Estado palestino, con una capital en el Este de Jerusalén, que tenga cohesión y posibilidades de sobrevivir.
La opción de dos Estados apoyada por Alemania no es ya ninguna opción realista. Una tesis que también sostiene la historiadora israelí, Tamar Amar-Dahl. "Tendrían que retirarse de los territorios ocupados y eso es algo que en Israel nadie apoya y que incluso políticamente nadie quiere. Ni Peres, Barak o Netanjahu renunciarían a Cisjordania", indica.
Amar-Dahl, catedrática de la Universidad Humboldt de Berlín, publicó recientemente una biografía del presidente israelí Simon Peres. El político de 87 años es considerado el arquitecto de los acuerdos de Oslo, que le valieron el Premio Nobel de la Paz.
Temor a la existencia de un Estado palestino
La investigadora israelí explica que en realidad también Peres rechaza la solución de dos Estados. "Durante años se opuso a la solución de dos Estados pues temía el surgimiento de un Estado palestino en los territorios ocupados y por eso siempre buscó otras opciones", afirma.
Otras opciones no daban una respuesta satisfactoria a la situación palestina. ¿Bajo qué Estado tendrían por fin derechos ciudadanos?. Interrogada sobre la posibilidad de que un Estado binacional otorgue los mismos derechos a ambos pueblos, la experta responde que esta propuesta existe desde la década de los 30. Pero no hay posibilidades de implementar una solución semejante pues contradice el concepto de un Estado judío y democrático que quiere la mayoría de los israelíes. "Ese es el problema que un Estado binacional contradice el concepto sionista de un Estado para los judíos", apunta.
Helga Baumgarten afirma por su parte que en un Estado binacional los judíos serán minoría, pues la población palestina a más tardar en diez años será más numerosa. La solución de dos Estados es la única garantía para la existencia de un Estado judío en el Medio Oriente.
"Las opciones son esas: o la ocupación y expansión de asentamientos o un Estado en el que los israelíes judíos tarde o temprano serán minoría", afirma.
En la opinión pública palestina la solución de un Estado binacional gana en aceptación. Después de 43 años de ocupación los palestinos no ven otra salida para hacer valer sus derechos.
Autora: Bettina Marx/ Eva Usi
Editora: Emilia Rojas