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Réquiem para dos reactores

Aarni Kuoppamäki / PK28 de diciembre de 2006

El 1 de enero, Bulgaria ingresará a la Unión Europea. Un día antes deberá desconectar dos viejos reactores atómicos soviéticos.

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Planta nuclear de Koslodui
Planta nuclear de Koslodui: el NO de la UE.Imagen: AP

Hasta ahora, Bulgaria fue el mayor exportador de electricidad en la Península Balcánica. La central atómica de Koslodui, 200 kilómetros al norte de Sofía, producía corriente para Albania, Grecia, Macedonia, Rumania, Serbia, Kosovo y Turquía.

Cuando Bulgaria se adhiera a la UE, ello se termina. Las consecuencias serán precios en aumento en la región y pérdidas de ingresos de miles de millones de euros para Bulgaria. Pero la UE no da el brazo a torcer.

El centro de control de Koslodui.
El centro de control de Koslodui.Imagen: AP

En sus mejores tiempos, en la central de Koslodui operaban seis reactores de tipos soviético: cuatro del tipo WWER 440/230 (bloques 1 a 4, con una potencia de 440 megavatios cada uno) y dos del tipo WWER 1000/320 (bloques 5 y 6, con una potencia de 1000 megavatios cada uno).

Un requisito para el comienzo de negociaciones de ingreso de la ex comunista Bulgaria a la UE fue que fueran desconectados los reactores 1 y 2, por inseguros. Ello sucedió en 2002.

En los reactores 3 y 4 se revisaron y mejoraron las medidas de seguridad y continuaron funcionando. Finalmente, Bulgaria y la Comisión Europea, que lleva todas las negociaciones de ingreso, acordaron apagarlos en el año 2006.

Los bloques 5 y 6 son modernizados con el apoyo de la Unión Europea: dos créditos de Euratom, la Comunidad Europea de la Energía Atómica por un total de 212,5 millones de euros.

Un rayo de esperanza

De acuerdo con una encuesta, tres cuartas partes de los búlgaros se opone a la desconexión de los reactores 3 y 4. Un comité de ciudadanos hizo cuentas y llegó a la conclusión de que el país perderá 10.000 millones de euros por dejar de exportar corriente, eventuales importaciones de electricidad y los costos de desmontaje de los bloques.

También el presidente de Bulgaria, Georgi Parwanow, se manifestó recientemente preocupado por la seguridad energética en la Península Balcánica y expresó su esperanza de que los plazos para Koslodui fueran alargados.

Pero la decisión es irrevocable. "La desconexión de los dos reactores es una obligación contractual de Bulgaria. No hay nada que negociar", dijo terminantemente Roland Kobia, responsable de asuntos nucleares en el departamento de energía de la Comisión Europea.

Como un auto viejo

También Georgi Kastchiev, director de la Autoridad de Seguridad Nuclear de Bulgaria entre 1997 y 2001, saluda el desguace de los dos viejos reactores soviéticos. El cierre de los bloques nucleares de primera generación "es muy positivo para la seguridad", agrega.

Y subraya que los informes de los expertos sobre la seguridad en Koslodui fueron formulados muy diplomáticamente. Los cálculos de seguridad fueron realizados suponiendo "premisas realistas".

Ello no basta, destaca Kastchiev, "es necesario suponer premisas conservadoras, es decir, partir de que todos los errores posibles pueden producirse también simultáneamente".

"Bloques de reactores de primera generación son como autos viejos. Haga lo que se haga, no es posible integrar todas las tecnologías modernas", agrega. Y ello, según Kastchiev, vale no sólo para los reactores soviéticos, sino también para los modelos occidentales.